La Barra Espaciadora / @EspaciadoraBar

Con estas imágenes buscamos celebrar el amor en todas sus formas.
Michelle Gachet y Dominique Riofrío

Con horas de anticipación, varias personas llegaron el sábado 30 de junio al parque La Alameda, en el centro de Quito, para marchar por el Orgullo LGBTI.

Cada año, desde que en 1997 fuera despenalizada la homosexualidad en este país andino –de marcada raigambre católica y tradición conservadora–, cientos de bisexuales, homosexuales, transexuales, intersexuales y heterosexuales se manifiestan para exigir el cumplimiento de los derechos para la comunidad LGBTI.

Las fotógrafas documentales quiteñas Michelle Gachet y Dominique Riofrío también llegaron al lugar y se dedicaron a retratar a parejas diversas antes de que la marcha comenzara. «Este proyecto surgió por el interés de retratar distintas formas de amor», nos cuentan.

Cada pareja adquiere su propia actitud, se explora, explora a las fotógrafas, se reconoce de nuevo en un acto que para el observador irresponsable puede pasar por burdo exhibicionismo cuando, en el fondo, se trata de parte de un proceso vital que lleva muchos años de haberse iniciado.

María José Armas y Michelle Muñoz son lesbianas y son pareja desde hace 3 años. María José tiene 26 años y Michelle, 22. Ambas son jóvenes madres. Ahora mismo, cuando las dos asisten por primera vez a la Marcha del Orgullo LGBTI, María José reclama porque hace dos semanas le arrebataron a su hija. ¿Quién lo hizo? Su propia madre, la abuela de la niña, quien ha pedido boleta de auxilio en su contra. ¿Por qué? Pues, porque cree que su hija lesbiana «es un mal ejemplo». Ahora, María José pelea por la custodia de su hija.

En Ecuador, desde 1997, la homosexualidad fue despenalizada; desde el 2008, el Código Civil reconoce la unión civil entre parejas del mismo sexo, y la discriminación por orientación sexual está penada por la Ley ecuatoriana desde 1998. Sin embargo, el 71% de la población LGBTI ha sido víctima de discriminación en su entorno familiar, y de ellos, el 61% fue víctima de actos de violencia. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos advirtió ya en 2014 que la mayor parte de estados miembros de la OEA no recopilan datos sobre la violencia en contra de personas LGBTI. En un período de 15 meses (entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de marzo de 2014), la CIDH determinó que ocurrieron al menos 770 actos de violencia contra personas LGBTI en 25 Estados Miembros de la OEA.

No hay estadísticas nacionales actualizadas que reflejen ahora mismo la realidad de la población LGBTI en Ecuador, más allá de la Investigación sobre Condiciones de Vida e Inclusión Social de Población GLBTI, que fue publicada en 2013.

La ministra de Inclusión Económica y Social, Berenice Cordero, reconoció en entrevista con La Barra Espaciadora, que el estado ecuatoriano tiene deudas con esta comunidad. «Yo creo que el país sí debe tener una ley específica sobre violencia de género», dijo. Y luego de apalancar su argumento en la «apertura» del gobierno de Lenín Moreno «para un reconocimiento», Cordero avizoró: «Yo creo que el Consejo sectorial social tienen que ir adoptando políticas al respecto, marcos normativos (…) El país está saliendo de una mirada restrictiva respecto a la autodeterminación a la que tienen derecho las personas, en este caso, al manejo de su sexualidad».

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Las fotógrafas sienten que retratar a parejas diversas significa ponerle un rostro a la lucha de la comunidad LGBTI. Ellas pueden presenciar cómo los comportamientos se moldean frente a sus cámaras. «Algunas se pusieron muy nerviosas, otras querían ocultar su cara –recuerdan–, otras se besaban apasionadamente. A pesar de que el intercambio con cada pareja fue corto, enseguida se sentía la energía de seguridad o de timidez con que cada pareja se paraba frente a la cámara».

Este primer encuentro con las parejas de la comunidad LGBTI es solo el inicio de un proyecto de largo aliento que Dominique y Michelle llevan adelante.