El candidato Pedro José Freile plantea sacar todo el petróleo para que el país tenga liquidez financiera que le permita volcarse luego a la agroindustria y a fomentar otras actividades que sostendrían al país en el futuro, como el turismo y el desarrollo de tecnología propia para el agro, en las universidades. Sobre los migrantes, cree que ya no hay dinero para atender créditos y becas hasta restablecer la economía. Tiene una propuesta de vacunación gratuita contra el Covid-19 para todos los ecuatorianos.


A sus casi 49 años jamás ha ejercido un cargo público, pero se describe como un profundo conocedor de cómo funciona la contratación pública. El candidato presidencial Pedro José Freile, miembro del colectivo ciudadano Quinto Poder, es abogado, experto también en arbitraje y litigio constitucional y tiene amplia experiencia en el sector de la energía: desde hidroeléctricas hasta petroleras. Desde allí aprendió cómo funciona este tipo de industria en la región y también cómo se mueve el Estado en ese mundo.

Por eso sabe que el petróleo mueve millonarias cifras en el mundo y su propuesta es tajante: si ya se rompió un límite que jamás debió romperse (explotar los campos dentro del Yasuní ITT), ahora hay que sacarlo todo.

Freile considera que una vez que empezó a explotarse el petróleo en la Zona Intangible del Parque Nacional Yasuní, debe terminar de sacarlo pronto porque “si no, los chinos nos van a seguir comprando anticipadamente a la mala y los funcionarios robando en coimas”. Él calcula que con el dinero recaudado por esas ventas, el Estado pagará la deuda al IESS, equilibrará su economía y luego podrá ir a lo que muchos consideran la salida adecuada para el país: la agroindustria.

El sueño de un Ecuador post petrolero es posible, dice, porque el país  debe vivir de su patrimonio natural, pero eso no podrá ocurrir sin la liquidez que solo el petróleo puede brindar, para continuar luego con la agroindustria y fortalecerla hacia el futuro. En ese sentido, propone que el país produzca sus propias semillas de la mano de sus científicos, biólogos, y cita la premisa de uno de los miembros de su equipo: “Si sabemos qué cultivar, nunca nos va a faltar qué comer ni cómo curarnos”. Su idea es cultivar semillas propias de acuerdo a los microclimas que hay en el país para ayudar a la gente de cada comunidad a organizarse y a exportar “desde la chacra hacia París”.

Su propuesta económica también se enfoca en que alrededor del agro hay actividades que requieren de infraestructura como puertos, ejes multimodales y vías de segundo y tercer nivel, que están a cargo de gobiernos locales. Todo -dice- debe ir mejorando a la par. Entonces, se generarían conexiones con otras actividades económicas como el turismo receptivo y educativo o la generación de tecnología propia para el agro, a partir del trabajo de las universidades. “Podemos hacer que todo eso exista si tenemos plata propia”, sentencia. Sin embargo, en su plan de gobierno, no tiene una postura clara sobre sus políticas en cuanto al turismo, a pesar de que menciona, casi accidentalmente, el “turismo de naturaleza”.

Aunque participó de mítines en elecciones pasadas, protestó en contra del gobierno de Rafael Correa y apoyó una de las candidaturas de Guillermo Lasso, esta es su primera actividad política oficial como candidato. Y lo hace bajo el movimiento Amigo, del exasambleísta Daniel Mendoza, ahora sentenciado por el escándalo de corrupción del hospital de Pedernales.

Sin embargo, Freile señala que ese ‘inri’ no le afecta porque su equipo y él no firmaron por el movimiento de Mendoza, sino que tomaron el control de la tienda política entre junio y agosto de este año, con el colectivo Quinto Poder. Así, dice, hizo real el «sueño húmedo» que tienen los movimientos sociales de hacer algo así, porque “usualmente los políticos no toman en cuenta a los ciudadanos sino solo los ven como seguidores o como extras de la película”.

Ahora, define a Amigo como un movimiento republicano de centro que trabaja su campaña “a pulso, con lo que tiene puesto, que no tiene mecenas y cuyos miembros dedican sus noches y fines de semana a trabajar” en su propuesta. Son, dice, un equipo en crecimiento que partió de cero y que quiere demostrar que se puede.

Aunque señala que sus ideas y propuestas son propias, acoge ideas de su amigo, el expresidente Gustavo Noboa Bejarano, y conserva también recuerdos de charlas con el recientemente fallecido jurista Jorge Rodríguez Torres. Dice que ha encontrado un balance entre los criterios de ambos “buenos consejeros”. Confiesa que sin el apoyo de Noboa no hubiese entrado a las elecciones, pero muchas veces no están de acuerdo en cuanto a sus ideas políticas. Por ejemplo, el exmandatario no apoya la propuesta de Freile de abrir las fronteras financieras del Ecuador a banca privada extranjera. Freile lo justifica diciendo que lo haría para que las familias que tienen el control del sector en el país se humanicen y, debido a la competencia, bajen los costos de financiamiento y servicios que considera son elevados para un país con moneda dura. Esta propuesta también consta en el plan de gobierno de Guillermo Lasso.

Freile plantea reorganizar la función pública para establecer un modelo adecuado según la naturaleza de cada entidad. Ahora, dice, hay empresas públicas que usa el Estado para eludir la ley y son fuentes de corrupción, pero en realidad deberían ser entidades públicas que cumplan sus obligaciones con la ciudadanía. Por eso cree que deben diseñarse modelos que corrijan esos problemas. En su plan de Gobierno menciona que “el Estado será reducido y eliminaremos empresas públicas”. Y asegura que promoverá las concesiones de estas empresas a través de su propia ley. Señala, por ejemplo, que la red de salud pública debe contar con un sistema de operación que garantice el servicio a los usuarios y dice que actualmente falla porque a los políticos “no les importa comprar medicinas y que se pudran en la bodega, pero un operador privado las cuidaría, porque si no, debe pagar caución. La diferencia está -continúa- en que “la plata propia duele, la ajena no”.

La idea no sería privatizar ni estatizar, sino que el servicio siga siendo del Estado y solo la operación esté a cargo del sector privado, para mejorar su eficacia. En este sentido Freile propone realizar una alianza para la administración privada de hospitales públicos, algo que también podemos observar en el plan de gobierno de Lasso. Freile añade que cambiará el modelo del sistema de salud hacia uno de aseguramiento universal.

Freile señala que su Gobierno será de burócratas porque estará a cargo de la gente que ha hecho servicio público por años y sabe cómo hacer las cosas. “Los buenos servidores públicos merecen ser quienes tomen las decisiones y no quienes son amigos del que tiene el poder”. Su plan de gobierno habla de la reducción del Estado.

El programa propuesto por el candidato no incluye un apartado sobre la comunidad migrante, porque según su criterio, “se ha hecho mal en darles un trato marginal por estar fuera del país”. Los ecuatorianos, dijo, deben tener todos los servicios en igualdad de condiciones que cualquier ecuatoriano. Por ello cree que el Estado debe garantizarles que el servicio diplomático les ofrezca una vía expedita para relacionarlos con su familia y mantener el  vínculo. Por eso, hacer escrituras o traer el dinero de su trabajo deberían ser trámites fáciles, para que los ecuatorianos no se vuelvan ajenos a su país.

Pero hay otros temas en la agenda del migrante que estudia en el exterior. La recesión afecta a los ecuatorianos donde estén y el país debe ir a su rescate, dice Freile, y brindarles asistencia en modo de emergencia. Para él, por un tiempo largo el Estado va a tener que buscar una alternativa a las becas en el exterior para los ecuatorianos talentosos, pero por ahora -dice- tendrá que ocuparse de los que ya están estudiando lejos. “No hay recursos para crédito para más gente, pero se puede dilatar o hasta condonar deudas de quienes están fuera, porque no tienen cómo pagar”.

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Además, el candidato señala que se debe analizar otros temas como alianzas con la seguridad social en el extranjero, sin olvidar que esta funciona de modos distintos según cada jurisdicción. De momento, dentro del país planea inyectar 240 millones de dólares frescos al IESS provenientes de 1,2 millones de nuevos afiliados. ¿Quiénes serían? Los beneficiarios del bono de solidaridad, asegura, pues el país invierte altas sumas de dinero en ellos y “la solidaridad debe ser de ida y vuelta: si recibes algo del Estado también debes aportar y tendrían el beneficio de la cobertura de salud”.

En el plan de gobierno de Freile se menciona una estructuración completa del IESS y se propone que esta entidad no cuente con su propia prestación de servicios de salud, es decir, que mantenga su carácter de asegurador y contrate los servicios de salud de privados. Así, pondrá los hospitales a disposición de la Red Pública de Salud.

En medio de la pandemia, su plan de Gobierno también incluye una propuesta difícil de cumplir: vacuna gratuita contra el covid-19 para todos los ecuatorianos. Pero él está convencido de que es posible y para ello ya ha hecho un acercamiento con seis de ocho farmacéuticas que considera podrán ofrecer las mejores opciones. Para él, “ponerse a la cola del Covax” no es una solución, sino pensar en negocio: las farmacéuticas necesitan construir plantas productoras para poder cubrir la demanda y en Ecuador hay un espacio ideal para eso, en El Aromo, donde nunca se levantó el proyecto de la Refinería del Pacífico.  Sin embargo, en su plan de gobierno no menciona el inicio de la producción de biosimilares en el país, categoría bajo la que calzaría promover la investigación y la producción de vacunas. Propone que se convierta al lugar en zona de desarrollo económico exclusivo y especial y que ahí se instalen las farmacéuticas a producir y a despachar sus vacunas hacia los países del Pacífico, aprovechando que tienen a la mano el puerto y el aeropuerto de Manta. “Si no somos inteligentes para estar entre los 14 países que van a hacer eso, estamos mal”. El trato deberá incluir que las farmacéuticas contraten personal ecuatoriano y abastezcan al país de las vacunas.

También en el ámbito de la salud, Freile toca de refilón el tema del aborto. Sin pronunciar siquiera la palabra, se muestra respetuoso pero distante con el asunto: “Los hombres no podemos decidir sobre el cuerpo de las mujeres, solo las familias tienen derecho de escoger cómo educan a sus hijos y el Estado debe asegurarse de que se respete”.

Finalmente, el candidato señala que su postura difiere de la de los demás presidenciables: “Ellos esperan llegar al poder, pero nosotros esperamos levantar el ánimo de los ecuatorianos y vencer el descontento. Saber que somos capaces de ponernos del mismo lado de la historia sin pelear por las diferencias que antes nos han separado y juntarnos bajo el propósito de construirnos y levantarnos de nuevo”. En eso se resume la idea de esperanza para Freile.

En su plan de gobierno Freile deja de lado temas como la cultura, el deporte, la migración, la propiedad intelectual, la investigación y el desarrollo, emprendimientos, el sistema de protección social que abarca desnutrición infantil y vivienda, seguridad pública y temas de participación ciudadana. Pero es el único candidato que plantea en su plan temas sobre el Bienestar Animal.

Entrevistas: David Avilés Aguirre.Investigación y coordinación: Cristina Cadena. Texto: Ana María Carvajal. Caricaturas: Wilo Ayllón. Edición y dirección de contenidos: Diego Cazar Baquero.


Esta es una iniciativa de la Colectividad Ecuatoriana Autoconvocada de Artistas y Gestores, en Córdoba, Argentina, en alianza con La Barra Espaciadora, y forma parte del espacio Mi elección 2021.


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