Por Francisco Ortiz / La Barra Espaciadora
Los primeros rayos del sol se reflejaban sobre los ventanales ahumados del edificio principal del IESS. Pepe, que había madrugado para sacar un préstamo quirografario, ponía los ojos chiquititos frente a tanta luminosidad. La silueta de la tupida y canosa barba se reflejaba sobre los cristales. Su imagen, junto a la de otros viejos, decoraba uno de los costados del salón de ingreso al icónico edificio estatal. Eslabonando sus edades habría ahí unos tres mil quinientos años.
Delante de Pepe, un hombre de sombrero negro y paraguas largo, de esos que parecen bastón, se movía encolumnado con un abuelezco andar, con la traza de un muñeco de escaparate de los años cuarenta. Con la sombrilla colgada en su antebrazo, el distinguido sujeto leía la prensa detrás de sus lentes bifocales. Pepe, curioso, se coló abusivamente en la lectura por la retaguardia. El dueño del periódico se dio vuelta…
-¿Quiere leerlo?
-Disculpe, señor, no fue mi intención molestarlo…
-No, no… No es molestia. ¡Tenga!
Pepe siempre terminaba con los ojos incrustados en las lecturas de otros. Era un acto compulsivo pero inocente. Además, le gustaba tanto el aroma que despide un diario recién impreso… Durante todos los años que trabajó en el periódico, a la mitad de la mañana, nunca dejaba de visitar la rotativa para inhalar su dosis, ese olor a tinta fresca se había convertido en su droga. Al ojear las páginas, un titular le llamó la atención. Como quien comenta el clima, se dirigió al apergaminado vecino de turno…
-¡Quespues, esta mamarrachada! ¡Qué bestia! ¿Sí vio?
-¿Qué cosa? -respondió el hombre, sin otra alternativa.
-Esto del Ministerio de Educación… ¡Dizque han eliminado el inglés para los guaguas de escuela!
La noticia, en resumen, decía que el Ministerio de Educación, luego de emitir el Acuerdo Ministerial No. 0041-14, del 11 de marzo de 2014, dispuso que el inglés –o lengua extranjera, tal como reza en el documento- se eliminaría de la malla curricular y que, solamente a partir del octavo grado de Educación General Básica (EGB), se la impartiría. Es decir que los niños de segundo a séptimo de EGB para este año lectivo, sea de régimen costa o sierra, no estudiarían inglés.
Acuerdo Ministerial No. 0041-14
-¿Qué le parecef?
-Sí, es terrible -contestó, parco, el hombre del paraguas, como queriendo quitárselo de encima.
-¡Qué explicación tan disparatada…! Dice el Acuerdo que se toma la decisión porque el Ministerio de Educación no tiene textos escolares ni el talento humano necesario… ¡Dios bendito!
El hombre supo entonces que ya era demasiado tarde para despegarse de la conversación, así que no tuvo otra que seguirle la corriente.
-Cálmese, el colerín hace daño… -el sujeto, pese al esfuerzo, no logró contener una sonrisa.
-¿Calmarme? Pero, ¿se da cuenta de lo que significa esto? –aullaba Pepe… Hasta babas salpicaba del coraje.
-Tranquilo, no se enoje así… El presidente Correa ya le jaló las orejas al ministro por el Twitter. Al Augusto Espinosa no le tocó otra que rectificar… Hasta un comunicado de prensa sacó, hecho el apurado, por la noche. Dijo que los medios habían malinterpretado el Acuerdo.
-¿Será? Estos ministros nos quieren gobernar a punta´e decreto y resolución. ¿Qué se creen? ¿Pensarán que somos pendejos? -las comisuras de los labios de Pepe se empastaron de blanco.
-Sí, pues, hombre, ¡Correa debería ponerles a todos sus subalternos en su sitio de una vez, porque le hacen quedar pésimo! Claro, la gente no dice esto es culpa de tal o cual ministro, sino que le echan la culpa directo al Presidente. ¿No ve la telenovela de la semana pasada con lo de el Corcho Cordero?
Las piernas a Pepe le comenzaron a torturar. No es una buena combinación: horas enteras de pie, con artrosis…
-¿Uh, esa es otra barbaridad! Yo sí dije que con lo de la resolución 464, sobre el seguro general obligatorio, le iban a tirar de las orejas al Corcho.
-Sí-ps, hombre…-la expresión delató un viejo acento morlaco que ya casi había perdido.
-Es que no hay derecho, eso de que la afiliación es obligatoria, pero a la final voluntaria, nos tenía a todos mareados. Pero, ¿le vio al Corcho? Andaba con una cara de estreñido…
-¡Claro que le vi! Pero más bien tenía cara de incontinente, así como la del Juan Manuel Santos… ¡Chendo!
Al partirse de la risa, unas gotitas de pis se escaparon entre uno de esos pares de piernas. El ejercicio mandibular paró en húmedo…
-Pero, amorosito estuvo el Corcho al final… dijo que su romance con el Rafael es a prueba del tiempo. ¡Qué pedazo de Neruda nos salió este!, ¿no?
-¡Requete romántico! Y ahora dizque se va a dedicar a cosas más gozosas: a la familia, a los nietos, a su profesión…
-Pero, ¿quién vendrá?
-No sé… Lo que dicen es que el Ramiro González. Luego de las elecciones pasadas dizque ha pedido que le devuelvan el IESS. ¿Y quién le dice que no, ahora que fue el gran ganador en las últimas elecciones?
-¡Ni el Rafico!
-Pero, al final, ¿se derogó o no la resolución 464?
-Se la derogó, pero se expidió una nueva, la 467.
-¿Y qué es que dicefs?
-Verá, de lo que me acuerdo, y lo más importante, es que dizque…
Artículo 1.- Afiliación.- Se podrán afiliar voluntariamente, desde el día en que realicen la correspondiente solicitud, las personas que tengan ingresos sin relación de dependencia o independientes, domiciliadas en el Ecuador, presentando su aviso de entrada a través del portal web oficial del IESS.
Artículo 10.- Materia gravada.- Para efecto de aportación al IESS, la materia gravada corresponderá al valor mensual que el afiliado sin relación de dependencia o independiente establezca como equivalente a su remuneración; que, en ningún caso, podrá ser inferior al salario básico unificado.
La materia gravada podrá ser ajustada por el afiliado, en cualquier tiempo, incrementando su valor o disminuyéndolo hasta el mínimo señalado.
-¡Pero está igualita!
-No, no está… A ver, le explico en fácil: todas las personas que tengan cualquier tipo de ingresos y que no tengan relación de dependencia o que sean independientes, podrán afiliarse aportando el 20,50% ¡pero del salario que hayan declarado! Eso sí, nunca podrá ser menos de 340 dólares, que es el salario básico unificado. Ahora ya no dicen nada sobre el cruce de información entre el IESS y el SRI.
-¡Qué bestia, ¿no?! Y, ¿con qué otra barbaridad nos saldrán la próxima semana?
***
La columna se había reducido y el sujeto del paraguas largo se acercó, por fin, a una de las ventanillas. Ahora, Pepe era el primero en la fila.
