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El falso Leos Carax

Fotograma de Eyes without a face
Fotograma de Eyes without a face

Por Marco Pareja / @marcoalejop

“Everyone in the whole stupid, stinking world is faking everything”

Cosmo Carboni, del filme Paradise Alley

Mi obsesión con Leos Carax comenzó hace un par de años. Lo descubrí por casualidad mientras buscaba en internet información sobre el actor francés Denis Lavant, a quien vi por primera vez en el filme Beau Travail (1999) de Claire Denis. En los resultados de la búsqueda apareció el trailer de Holy Motors (2012), el más reciente filme de Leos Carax. Lo vi y apenas en esos minutos quedé deslumbrado. Así empezaba el viaje por la corta pero poderosa filmografía de este gran director.

Nació en Francia, en 1960. Su verdadero nombre es Alex Oscar, pero siendo niño lo mezcló y el resultado fue Leos Carax. En su etapa juvenil, descubrió y aprendió a amar el cine cobijado por la oscuridad de la cinemateca francesa, al igual que Truffaut o Godard, de quien –se dice– Carax es su legítimo heredero. Se aprecia la influencia de Godard y de su filme Bande à part en Boy Meets Girl (1984), el primer largometraje de Carax: el blanco y negro, el empleo espontáneo de música contemporánea o de moda y la poesía presente en los diálogos, que muchas veces son soliloquios compartidos entre los personajes, que esperan alguna respuesta cósmica. Todo esto, desde inquietudes diferentes a las de su ‘maestro’; “la novedad fundamental entre Carax y Godard… el corolario de este cambio es que el destino y el azar reemplazan a la política como la mayor fuerza exterior que nos mueve” (Daly & Dowd, 2003, p. 37)

Fotograma de Bande à Part tomado de unifrance.org
Fotograma de Bande à Part tomado de unifrance.org

 

Fotograma de Boy meets Girl, tomado de filmgrab.files.wordpress.com
Fotograma de Boy meets Girl, tomado de filmgrab.files.wordpress.com

Continuando con la tradición de los cabecillas de la Nouvelle Vague, para Carax, la crítica también fue parte fundamental en su formación como director. “Uno empieza con un loco amor por el cine, lo da vuelta para adentro y afuera (habiendo saldado cuentas con este cine) con la idea de arribar a películas que son diferentes y nuevas” (L. Carax). Se destaca mucho su crítica publicada en los Cahiers du Cinèma, en septiembre de 1979, sobre Paradise Alley, filme dirigido por Sylvester Stallone. El texto empieza así: “Lo que sigue son unas pocas frases sobre un buen filme que ha sido pobremente lanzado, y que no fue ni siquiera discutido”. Paradise Alley marca el debut de Stallone como director, luego del éxito que tuvo con Rocky. Resulta curioso que alguien como Carax, haya escogido un filme de Stallone, a quien conocemos más como un “hombre duro” en el cine de Hollywood que como autor, para escribir su crítica. Sin embargo, al ver Paradise Alley encontré algunos elementos en común con el cine de Carax, en los que se destacan la influencia o la cita al burlesque, en especial a la figura de Charlot el vagabundo, y los decorados, que en la narración se presentan como trasfondo protagónico donde los personajes de ambos se funden; absorbidos, en el filme de Stallone por el infierno neoyorquino (el relato se desarrolla en Hell´s Kitchen) y en el filme Mauvais Sang de 1985 (Mala Sangre) de Carax, por un presente-futurista parisino, donde la cercanía de un cometa (influencia externa e incontrolable) ha provocado el sobrecalentamiento de la atmósfera.

Fotograma de Armand Assante interpretando a Charlot en Paradise Alley
Fotograma de Armand Assante interpretando a Charlot en Paradise Alley
Stallone, tras las cámaras en Paradise Alley, tomado de inquisitr.com
Stallone, tras las cámaras en Paradise Alley, tomado de inquisitr.com

A finales de los ochenta incluyeron a Carax dentro de una corriente denominada Cinema du look, movimiento que fue analizado por primera vez en el artículo ‘Trois néo-baroques français’, de Raphael Bassan, junto a los directores Luc Besson (El Profesional, El quinto elemento) y Jean-Jacques Beineix (Diva, La luna en la cuneta). Pero la inclusión es injusta, la diferencia de Carax con estos cineastas es que en su cine “lo falso no es celebrado explícitamente, sino que toda distinción entre lo verdadero y lo falso es indiscernible” (A. Bergala). El juego de Carax no se estanca solamente en potenciar la imagen buscando una estilización de la misma, cuyo fondo resulta vacuo. La imagen en Carax resulta una potenciación narrativa de esta, es algo que va más allá de lo que el relato nos cuenta, el drama está en la imagen, en la posición de los actores dentro del cuadro, en sus gestos, en el color, en cada encuadre. Esto podemos ver especialmente en su tres primeros filmes: Boy meets Girl, Mauvais Sang y Les Amants Du Pont Neuf (1991). El protagonista de esta “trilogía” es Alex, personaje interpretado por Denis Lavant, quien según muchos resulta ser un alter ego del director en cada una de sus películas.

En el cine de Carax aparece también un concepto muy complejo e interesante que plantea el filósofo francés Gilles Deleuze: Los poderes de lo falso, que tomó fuerza dentro del círculo de los Cahiers du Cinèma en la década de los ochenta, cuando Carax nacía como director.

Es en Holy Motors donde encontramos al falsificador por excelencia, Monsieur Oscar, interpretado una vez más por Denis Lavant, quien carga durante toda la película con el peso de los poderes de lo falso.

Monsieur Oscar es un adulto mayor que se dedica a interpretar las vidas de distintos personajes en el transcurso de un día. Celine es quien lo transporta por París a bordo de una limusina que, a la vez, funciona como su camerino. Dentro de esta limusina, Oscar lleva su utilería, vestuario, maquillaje, y una carpeta con la información sobre los personajes que deberá interpretar. Leos Carax nos conduce por un viaje surrealista a través de 10 personajes disímiles, interpretados por el mismo personaje: Oscar, y por el mismo actor: Lavant. El filme resulta ser una apología de lo falso. “Carax sabe que la única manera de resistir a la regulación de las imágenes es aprovechar su potencial que son los poderes de los falso (Daly & Dowd, 2003, p. 63). Aquí van cuatro puntos generales que pienso reflejan este concepto (sin embargo, estoy seguro de que hay muchos más):

  • El protagonista en Holy Motors se llama Oscar, nombre real de Carax, una vez más en este filme podemos considerar a Denis Lavant como alter ego del director. Uno de los personajes que interpreta Oscar es el de un padre de familia que recoge a su hija de una fiesta. Notamos que ella no disfrutó, se sintió disminuida, pero intenta mentirle a su padre diciendo que la pasó muy bien. Oscar descubre que es una mentira y la regaña, le dice que es muy bella como su madre, que no debería sentirse menos que nadie. La escena resulta, a sabiendas de que la novia y madre de la hija de Carax falleció poco antes del rodaje, un acto de aceptación ante este triste hecho por parte del director; un acto de curación, quizá, si lo vemos desde el punto de vista de Jodorowsky. Carax se considera a sí mismo un falsificador, por lo tanto, Oscar (que es el segundo nombre real de Carax) en la película ya lleva esta falsedad en su esencia.
  • En Holy Motors, una variedad de elementos, estilos o géneros se mezclan y se repiten: melodrama, musical, acción, comedia, etc. Leos Carax explota los potenciales de la imagen para llevar a cabo su cometido. Como plantea Deleuze: “Los poderes de lo falso existen solamente desde la perspectiva de una serie de poderes, que se refieren unos a otros y se pasan de uno a otro”. En una de las escenas finales del filme, Oscar se encuentra con Eva, interpretada por la cantante Kylie Minogue, quien al parecer es un antiguo amor. Ambos conversan mientras suben por las escaleras de una tienda abandonada, se reprochan el pasado y se lamentan del presente. Tienen el mismo trabajo, pero el personaje que interpretará Eva será el último de su vida (el personaje se suicida). En medio de todo este drama, Eva canta: ¿Quiénes éramos/quiénes éramos/cuando fuimos, lo que fuimos en ese entonces? La película muta hacia un musical, recordándonos a Une Femme est une Femme, de Godard. Estamos en un terreno incómodo, sin forma definida. Es el poder de la imagen, el potencial del cine de Carax.

 

Kylie Minogue interpretando a Eva, junto a Monsiuer Oscar.
Kylie Minogue interpretando a Eva, junto a Monsiuer Oscar.
  • El inicio de Holy Motors muestra fragmentos de algunas de las primeras imágenes en la historia del cine, cuyo autor fue Étienne-Jules Marey, allá a finales del siglo XIX. Esto es una celebración, lo que veremos conserva internamente la magia de un arte cuyo potencial es inmenso, el cine es capaz de provocar asombro y temor a la vez, pero hay que saber explotar sus posibilidades, Carax entiende esto muy bien. Lo entendió desde el día en que devoraba ese cine finisecular en la cinemateca. “Y no olvidemos que si Carax algunas veces da la impresión de exagerar el cine en sus películas, es indudable que debe hacer esto en el lugar de todos los directores que no hacen lo suficiente” (Sabouraud, 1991). En una de las escenas finales del filme, Céline, interpretada por Edith Scob, quien a su vez interpretó a la protagonista del filme Eyes Without a Face (1960), vuelve en Holy Motors a colocarse aquella emblemática máscara que cubrió su rostro desfigurado. Es una referencia a ese gran filme que sin duda marcó a Carax y a otros directores de su generación. Esto es exagerar el cine en bien de todos.

    Fotograma de Eyes without a face
    Fotograma de Eyes without a face

 

 

Fotograma de Holy Motors.
Fotograma de Holy Motors.
  • Hay un momento muy curioso en Holy Motors, es una especie de viaje que hace la cámara dentro de un cementerio en París. De repente la toma empieza a transformarse en un glitch, que es la expresión de algún error dentro de la imagen digital. Carax en un Q&A manifestó que Holy Motors fue rodada en formato digital pero que nunca estuvo de acuerdo con hacerlo así. Este glitch podría significar alguna advertencia de Carax: lo que vemos es una imagen endeble y carente de cuerpo. A diferencia del celuloide que si bien en su inicios era muy frágil, tenía cuerpo. Es un material susceptible al tacto. El carácter de lo falso en esta escena se potencia, lo que vemos es intangible, no podemos comprobar su existencia, esta imagen no está plasmada físicamente, es una ilusión. Existe solo “en la mirada del espectador, en la belleza del gesto”.

glitch 2lowglitch 1lowEs indudable que en Holy Motors, el potencial de la imagen por excelencia, según Deleuze, encuentra su lugar ideal y alcanza el clímax. Las capacidades interpretativas de Denis Lavant son llevadas al extremo, y la respuesta del actor con cada personaje es memorable. La imagen pura es elemento suficiente para el drama, que en ausencia de un relato aristotélico, propone una obra y un arte más poético y espiritual.

***

Poco se ha escrito y poco se sabe realmente sobre Leos Carax. Su corta filmografía, sus actuaciones en un filme de Harmony Korine y de Godard, el desastroso rodaje de Les Amants du Pont Neuf, todos son solamente esbozos del mito en que se ha convertido. Sin embargo, como suele suceder con los genios, su obra es reconocida con el pasar de los años. En el caso de Carax sus películas han experimentado un resurgir, principalmente en Estados Unidos, como en el filme Frances Ha, de Noah Baumbach (2012), donde hay un claro homenaje a la famosa escena de Modern Love en Mauvais Sang, o su antes mencionada aparición en el filme Mr. Lonely, de Harmony Korine, donde también Denis Lavant interpreta nada menos que a Charlot, ¿coincidencia? El cine de Leos Carax es un cine necesario, es para disfrutarlo con calma y sin prejuicios.

En el festival de cine de Los Angeles, en el 2013, Carax recibió un premio por Holy Motors, como mejor película en idioma extranjero. No estuvo en la ceremonia, pero envió un audio y esto fue lo que dijo:

“Hola, soy Leos Carax, director de películas habladas en idioma extranjero. He hecho este tipo de películas toda mi vida. Los filmes hablados en idioma extranjero se hacen en todo el mundo, excepto en Estados Unidos, por supuesto, donde solamente se hacen películas en idioma no-extranjero. Es muy difícil hacer películas en idioma extranjero porque, obviamente, tienes que inventar este idioma extranjero en lugar de usar el normal. Pero la verdad es que el cine es también un idioma extranjero, un lenguaje creado para aquellos que necesitan viajar al otro lado de la vida. Buenas noches”

Actualmente, Carax prepara su nuevo filme, un musical con el grupo The Sparks, de quienes podemos escuchar un tema en Holy Motors (How are you getting home). Habrá que ser pacientes y esperar lo que seguro será una bofetada a tanta basura visual.