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Aventurera, la cinta que recicla el melodrama

Aventurera es una película que refresca las narrativas latinoamericanas y se constituye en una propuesta distinta e innovadora en varios aspectos, no en vano ha ganado varios premios internacionales, incluido el Premio a Mejor Actriz en el 5to Festival Internacional de Cine Orquídea, Cuenca-Ecuador.

Por Rocío Carpio / @marocape

–¿Te prostituirías por cincuenta mil dólares?

–No.

–¿Por cien mil?

Vacío.

La conversación que abre –entre copas y ruido en un bar– revela desde un principio la circularidad constante en la que la trama del filme se va a desarrollar para probar la premisa: hasta dónde serías capaz de llegar por lograr lo que anhelas.

La mujer que niega la posibilidad de vender su cuerpo, Bea, es una actriz colombiana en Buenos Aires en busca de una oportunidad. Entre una obra de teatro, castings y el cuidado de una anciana, Bea sobrevive con las justas, manteniendo siempre un gesto lacónico durante casi todo el filme, como anunciando un manejo dramático que economiza las emociones y le rehuye al melodrama. Sin embargo, este gesto constante –como su anhelo– relata en realidad una especie de velo inquebrantable que se traduce en esa fuerza de voluntad de Bea por seguir las reglas de juego del medio en el que se está, o en el que quiere estar. No obstante, nada es constante y la inevitable irrupción de la realidad terminará por quebrarla solo para volverla a arreglar, así, en un ciclo infinito.

image(2)Aventurera es el retrato de una trepadora. Así de simple. Pero un retrato que sorprende por una apuesta inesperada desde el punto de vista narrativo y formal. La sugerencia inicial es un alejamiento consciente del conflicto a través del manejo del lenguaje audiovisual y la forma: diálogos no dramáticos que parecerían no pertenecer a lo narrativo-argumental sino al relato de la imagen. Esa corriente contemplativa tan actual y presente en el cine latinoamericano contemporáneo que en este caso, sin embargo, pese a utilizar varios recursos como el registro naturalista y la estética casi documental, logra romper la reglas comunes de ese tipo de cine y se arriesga sin reparos a recuperar una línea argumental clásica, casi cliché.

El director no tiene miedo a profundizar en el conflicto, aunque esto le lleve directo al campo del melodrama. No importa porque, de hecho, es un melodrama. No en vano las referencias a las telenovelas y que el primer papel que consigue Bea en el medio audiovisual al que tanto desea pertenecer sea un culebrón en el que hace de una empleada doméstica que apenas emite palabra. El paralelo con la realidad es inevitable: aquel personaje es una especie de desdoblamiento de ella misma en la vida real, o al menos en esa construcción narrativa que vemos de ella. No obstante, se trata de un melodrama resignificado que aborda la tradición dramática narrativa desde un lenguaje propio de un cine sin pretensiones, un cine simplista de bajo presupuesto pero cuya estética no va en detrimento de la imagen, como pensaríamos, sino que más bien la refuerza desde sus códigos propios y permite que la narración se construya a partir de ella. Por eso, el melodrama resulta ser, finalmente, un producto refinado y pulcro.

fotograma AventureraLas referencias a una construcción dramático-narrativa clásica y la misma temática de la trepadora tan referida en filmes latinoamericanos de mediados del siglo XX –sobre todo en la época dorada del cine mexicano–, que son la materia prima de la telenovela, hacen que este filme sea una especie de neofábula moral. Porque la exploración psicológica del personaje y los que la rodean es eminentemente moral, y las consecuencias de sus actos están muy cercanas a la moraleja. Sin embargo, en ese microcosmos en el que Bea pelea por hallar su lugar, las reglas del juego son claras, y es entonces cuando la moraleja se desvanece para dejar pasar al ciclo de sacrificio-recompensa que es con lo que cierra el filme y que permite dejar la trama abierta, pues el ciclo apenas ha dado inicio.

Aventurera es una película que refresca las narrativas latinoamericanas y se constituye en una propuesta distinta e innovadora en varios aspectos, no en vano ha ganado varios premios internacionales, incluido el Premio a Mejor Actriz en el 5to Festival Internacional de Cine Orquídea, Cuenca-Ecuador, para Melanie Delloye (Bea). Se trata de la ópera prima del director y guionista argentino Leonardo D’Antoni.


Ficha técnica:

Aventurera, 2014, Argentina.

Dirección: Leonardo D’Antoni

Producción: Sebastian Arzeno, Leonardo D’Antoni.

Guion: Leonardo D’Antoni, Melanie Delloye.