Fotos de Francisco Jarrín

El pasado 11 de diciembre, la Cámara de Diputados de la República de Argentina le dio media sanción a la ley de acceso a la interrupción del embarazo voluntario y atención post aborto y desató el furor y la algarabía de la marea verde en las calles de Buenos Aires. Miles de personas acompañaron la sesión de 22 horas de duración, desde la víspera, con la esperanza de que se diera este importante paso en procura de que se despenalice el aborto en el país sudamericano. Francisco Jarrín recogió escenas de esas jornadas.

Miles de mujeres, activistas históricas del feminismo argentino y de la Campaña por el Derecho al Aborto, niños, niñas, ancianos y ancianas, y muchos hombres también, se apostaron en las inmediaciones del edificio del parlamento y se tomaron la Plaza del Congreso para agitar pañuelos verdes y arengar por esta aprobación que, por ahora es parcial, en una lucha que es histórica en Argentina, y que ha servido de luz guía para otros paíes de la región.

Las calles bonaerenses se convirtieron en campamentos y la vigila masiva de esta marea verde ejerció presión en el debate que se llevó a cabo en el interior del parlamento argentino durante casi un día entero.

Pero esta no es la primera vez que la Cámara de Diputados aprueba la media sanción de la ley. Ya el 14 de junio del 2018 lo hizo, pero el Senado rechazó la propuesta con 38 senadores en contra y 31 a favor; 2 abstenciones y una ausencia.​ Era la primera vez que Diputados trataba la Ley, pero era la séptima ocasión en que se presentaba el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). El martes 17 de noviembre del 2020, el presidente Alberto Fernández retomó el proyecto y lo envió al Congreso Nacional, y lo que ocurrió el pasado viernes 11 de diciembre fue el resultado de esas discusiones.

En Argentina, el aborto no es punible en casos de violación o si la vida de la mujer gestante corre peligro, desde 1921. Sin embargo, los altos índices de fallecimiento de mujeres por recurrir a abortos clandestinos en ese país ha alimentado la vehemencia con la que cada vez más ciudadanos y ciudadanas defienden la despenalización total del aborto como un derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.

Y esta lucha es parte de la creciente protesta social en contra de la violencia de género, que en Argentina se refleja en la dramática cifra de 265 femicidios en el 2020, según el Observatorio de Violencia de Género. De esos casos, el 63,8% fue cometido por la pareja o expareja de las víctimas.

Aunque todavía queda por discutirse el tema en la Cámara del Senado, la marea verde que se tomó las calles de Buenos Aires desde el jueves 10 de diciembre se deshizo en gritos y en llantos emocionados cuando se proclamaron los resultados de la votación. Esta media sanción significa un paso importante en ese largo proceso. Hay que recordar que en este país latinoamericano, la mujer accedió a su derecho a votar recién en 1947 y luego de más de 10 intentos para que el Estado lo aceptara.

Argentina lamenta que la principal causa de mortalidad materna en el país sea producto de abortos clandestinos y por eso, las organizaciones de la sociedad civil, defensoras de derechos humanos, los colectivos feministas, las universidades y distintos líderes activistas y políticos no cejan en su empeño porque el aborto sea legal.

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