Por Ángela Lascano D. / @AngelaILD

El 28 de junio de 1969, en Nueva York, una redada policial irrumpió en el bar gay Stonewall. Lesbianas, gays, personas transgénero, adolescentes fugados y drag queens fueron expulsados violentamente del bar.  Sin embargo, por primera vez, la comunidad LGBTI de Nueva York se resistió al arresto y se enfrentó a los agentes estatales. 400 personas empezaron a arrojar monedas y botellas a la policía y aquel enfrentamiento terminó con una convocatoria para protestar al día siguiente contra la discriminación y los abusos que sufrían los grupos LGBTI. El disturbio de Stonewall provocó que la comunidad se organizara para hacer visibles sus derechos. 

En Ecuador, después de dos años de que la pandemia obligara a conmemorar ese día de manera virtual, el sábado 30 de julio de 2022, la marcha del Orgullo LGBTIQ volvió a tomarse las calles de Quito.  Con música, danza, carros alegóricos, trajes coloridos, maquillajes festivos y pancartas, varios colectivos de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis, Intersexuales, Queer y más (LGBTIQ+) recorrieron las calles que bordean el parque La Carolina.

Alrededor de tres mil personas estuvieron presentes.  Si bien el ambiente era de festejo, varias personas señalaron que, además de celebrar el orgullo, ese día también se manifestaban en contra de las desigualdades y la discriminación que sufre la comunidad. “No hay orgullo sin igualdad para todos” rezaba el cartel de uno de los manifestantes. 

“Más que el maquillaje y la diversión que estamos teniendo, es importante recordar las injusticias que están pasando muchas personas tan solo por mostrarse tal cual son”, dijo Diana, una de las manifestantes. A su alrededor, varios manifestantes se habían subido al puente peatonal de la avenida Naciones Unidas para mostrar sus banderas y pancartas. Por debajo, pasaba la bandera del Orgullo, que ondeaba ante el movimiento de las personas que la llevaban.

Las militantes de Hermandad Delta, artistas que trabajan en defensa de los derechos de la comunidad, marchaban pidiendo empatía y respeto ante la expresión de género y la identidad sexual. Una de las militantes, además, pidió que las personas investiguen por su propia cuenta las problemáticas que sufre la comunidad y las nuevas narrativas que se construyen frente al género.

Docentes y representantes del sistema educativo también estuvieron presentes. Isabela y Allison, profesoras parte de la comunidad, marcharon pidiendo que las unidades educativas sean sitios seguros para todas las identidades sexuales. “Luchamos para que la educación sea más inclusiva, para que no se censuren temas que parezcan incómodos”, dijo Isabela. “Profes por el orgullo”, se leía en las pancartas que llevaban en sus manos.

 “Hay que dar mucho más amor, porque odio hay bastante”, declaró Sofía, parte de la comunidad trans. A lo largo de la marcha, varios manifestantes sostenían carteles con los que invitaban a las personas a recibir besos y abrazos gratis, como una muestra de apoyo, afecto y amor libre. “Independientemente de la inclinación sexual, todos merecemos apoyo”, dijo Elizabeth, una madre que recibió el soporte de sus hijos cuando decidió aceptar su orientación sexual.  “Aquí tienes una familia que te apoya”, decía su cartel. 

La marcha concluyó con varias presentaciones artísticas en la Cruz del Papa, en el parque La Carolina. Silueta X, Hermandad Delta,Fundación Ecuatoriana Equidad, Frente de Trans Femeninas y Gays del Ecuador ‘Nueva Coccinelle’, Asociación Lluvia de Arcoíris Allda, Museo de la memoria LGBTI MUME, Fundación de Alianza Igualitaria,  Asociación Alfil  y Mesa Autónoma Representativa MAR LGBTI+  fueron algunos de los colectivos que asistieron ese día.

25 años de la despenalización de la homosexualidad

A pesar de que el mes del Orgullo tiene su origen en Estados Unidos, Ecuador ha vivido sus propios procesos internos al momento de reivindicar los derechos de las disidencias sexuales. Este 2022, la comunidad LGBTIQ no solo festejó el Orgullo, sino que conmemoró que, hace 25 años, la homosexualidad fue despenalizada en el Ecuador. 

Este logro se remonta a la noche del 14 de junio de 1997, cuando, en el Abanico’s bar de Cuenca, se celebraba por primera vez la elección del Reinado Gay.  En medio del festejo un operativo policial irrumpió en el lugar y 63 personas fueron detenidas y trasladadas al Centro de Detención Provisional de la Policía. Allí, Patricio Coellar, quien había sido elegido como reina, fue violado sistemáticamente por agentes de la policía. 

La indignación que causó la redada en Cuenca provocó que colectivos de la comunidad LGBTIQ comenzaran un proceso de recolección de firmas para presentar, ante el Tribunal Constitucional, una acción de inconstitucionalidad contra el artículo 516, que penalizaba la homosexualidad.  Después de meses de lucha, el 25 de noviembre de 1997, el Tribunal aceptó la demanda y despenalizó la homosexualidad.  

Ese día, fue el inicio de una serie de conquistas para la comunidad.  La consolidación de colectivos como Grupo Tolerancia, Triángulo Andino, Soga y Asociación de Gais transgénero Coccinelli provocó que, en 1998, se incluyera en la Constitución el respeto a todas las orientaciones sexuales. Diez años después, en el 2008, se agregó en la Constitución la identidad de género como una causa para la no discriminación. 

No obstante, pese a estas victorias,  la comunidad LGBTIQ+ continúa sufriendo vulneraciones a sus derechos: entre 2010 y 2020, la Federación Nacional de Organizaciones LGBTIQ contabilizó 72 asesinatos, muertes violentas o sospechosas de criminalidad de miembros del colectivo LGTBIQ en el país. Políticas integrales y acceso a derechos sin discriminación, continúan siendo una deuda pendiente hacia la comunidad.  

¿Quiénes no estuvieron presentes en la marcha del Orgullo?

“¿Orgullo de qué? ¡De nada! Cambiamos el orgullo, que no sirvió más que para enriquecer a los colectivos de maricas capitalistas, colonialistas y patriarcales. No tenemos orgullo, tenemos rabia, vida, furia, deseo de quemarlo todo. Y eso nos da alegría».

Las Pachaqueer, en reportaje del 23 de junio de 2020

Durante el Paro Nacional de junio de 2022, disidencias sexuales y colectivos feministas gestionaron una red sólida de apoyo y lucha ante la crisis social en el país. Su labor, que se iniciaba desde temprano en la mañana, abarcaba desde trabajos de cuidado en el Centro de Acopio de la Universidad Central hasta asambleas comunitarias y políticas. Sin embargo, en la Marcha de este 30 de julio, varios de los colectivos de disidencias sexuales que se manifestaron en el Paro no estuvieron presentes. 

“Cuestionando el mercantilismo que sentimos que existe por parte de las élites LGBT en el país, nosotras no asistimos a la marcha“, explica Coca Rodriguez, fundadora del colectivo Pachaqueer. Dice que las empresas que auspician la marcha no siempre demuestran coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. “Hay que preguntarse si en verdad hay un deseo de inclusión o un deseo tan solo de mostrarse inclusivos”. Según el último y único informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos acerca de las condiciones de vida de la población LGBTIQ, en Ecuador existe un 68,2% de personas LGBTI que no cuenta con un título de nivel superior y que el 58% de miembros de la comunidad no tienen afiliación al seguro social. Coca señala que mientras la comunidad trans no tenga acceso a sistemas de salud integrales, y continúe sufriendo discriminación al momento de acceder a vivienda, educación y cupo laboral, no se puede celebrar.

Las disidencias sexuales de la comunidad indígena, afroamericana y de personas con pocos recursos económicos no tuvieron una fuerte representación en la marcha del sábado. Celebrada en un lugar que, tradicionalmente, no se relaciona con las clases populares, para Coca la marcha del Orgullo invisibiliza la realidad de otras corporalidades que también son disidencias. “Estas propuestas que se hacen desde hombres gay hegemónicos no están atravesadas por ninguna interseccionalidad”, explica Coca; “la marcha sigue siendo una práctica blanco mestiza, clasista y racista”.  Dice que, dentro del día del Orgullo, a menudo se olvida a los miembros de la comunidad LGBTIQ que se encuentran en situación de pobreza, con problemas de diversidades funcionales, neurodiversidades, etc. 

¿Cuál es el mensaje de las Pachaqueer frente al Orgullo? Coca invita a cuestionar los privilegios desde los cuales se gestiona la marcha, a localizar la lucha desde las diversas realidades del país  y a recordar que las reivindicaciones de los derechos se dieron debido a diversos grupos sociales dentro de la comunidad.  A pesar de las diferencias, el colectivo Pachaqueer  afirma que este tipo de eventos siguen siendo necesarios para que las identidades sexuales se empoderen y se muestren a la sociedad sin miedo a la discriminación.



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