Por Julia Ortega Almeida

Libertad y dignidad son los dos atributos que de forma poética muestra la película El Viaje Macho, ópera prima del peruano Luis Basurto (Huancayo, 1979). La película, considerada “una especie de  road movie”, muestra al viajero solitario que se encuentra con la hospitalidad de la gente amable y sencilla de Huancavelica, mientras se desplaza por rutas de frío y sol.

El Viaje Macho relata el drama del médico Carlos Espejo (Luis Ramírez) cuando sale de la cárcel e inicia el retorno a su pueblo, en busca de su hijo. En el camino se junta con otro expresidiario, Nazario Quispe (Amiel Cayo), quien ha perdido la vista y va en busca de su hija (Magaly Solier).

El viaje es el encuentro con la ausencia, con la leve huella que deja el migrante que huyó de la pobreza, del conflicto y de la guerra durante la violencia terrorista de los años noventa, en los pueblos de Huancavelica y Huancayo. La destreza, sensibilidad y conocimiento de la región por parte del director y guionista del filme, permiten transmitir ese frío en el que el sol y la sombra se proyectan en alto contraste, a una altitud de 3660 metros sobre el nivel del mar. Las dos ciudades se sitúan a 244 kilómetros de Ayacucho y a casi 450 de Lima, en la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes, a orillas del río Ichu, afluente del Mantaro, y registran índices de pobreza que están entre los más altos del Perú.

El Tren Macho es un atractivo turístico, existe desde 1926 y une a Huancayo y Huancavelica. Según las guías para visitantes, su traslado toma alrededor de 6 horas, sobre una vía de “128 kilómetros, 38 túneles y 15 puentes”, paralela al río Huancayo, hasta la ciudad de la Mejorada, para luego bordear el río Ichu. Dentro del tren, el filme exhibe a los viajeros, vendedores de comida y policías tal como se los aprecia durante el viaje, como si se tratara de un documental.

Basurto también pone música a la palabra macho, y ofrece multiplicidad de sentidos al huayno interpretado por Sara Van. “Macho”, el hombre que sale de prisión; “macho”, el nombre del viaje que realiza el tren; “macha”, la mujer que vive sin pareja; “macho”, el joven que quiere migrar; “machas”, las personas que “por tu capricho, dinero”, llegan a situaciones límite.

El Viaje Macho –que hace parte del FLAQ 2019– se estrenó en el 6to Festival Lima Independiente 2016. El proyecto de la película ganó en el 2012 el concurso de cine regional del Ministerio de Cultura del Perú y el premio al desarrollo de proyectos en Ibermedia 2009, además de ser seleccionado en el BoliviaLab 2010.

Con El Viaje Macho, Luis Basurto se convierte en uno de los representantes del cine regional peruano (aparecido desde el año 1996) y que parece ser el movimiento de cine del Perú más importante de las últimas décadas, como lo describe la publicación de los investigadores Emilio Bustamante y Jaime Luna Victoria: Las miradas múltiples. El cine regional peruano.

Luis Basurto retrata a su tierra natal tal cual es, con imágenes duras en las que el ser humano es fotografiado diminuto y solo, frente al inmenso paisaje de las alturas andinas, y en el que viven su cotidianidad personas dignas y trabajadoras.

El Tren Macho hace sentir al espectador que acompaña al viajero, la ausencia de los que no están, la desazón de la búsqueda de los que se fueron, la sensación desértica que deja la migración y la necesidad de compañía del que retorna a la dura y a la vez delicada riqueza de la cotidianidad de su tierra.

Ficha técnica

Dirección Luis Basurto | Guion Luis Basurto | Fotografía Cesar Fe | Montaje Christiand Lu León | Sonido Omar Pareja | Elenco Luis Ramirez, Amiel Cayo, Julián Vargas | Producción Julia Gamarra