El exmilitar y expresidente afirma que la despenalización del aborto deberá decidirse en una consulta popular. Propone abrir la posibilidad del uso de armas de fuego para frenar el sicariato en el país y plantea exigir pasado judicial a todos los migrantes, para mejorar la seguridad. En lo económico, dice que quiere convertir al Ecuador en un centro tecnológico, logístico y financiero internacional.


Tiene 63 años, se retiró de las Fuerzas Armadas como coronel y después se dedicó a la política. Pero la formación militar de Lucio Gutiérrez Borbúa -que no solo ocurrió en la Escuela Superior Eloy Alfaro, en el Colegio Interamericano de Defensa y en la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE)- está tan arraigada en él que gran parte de su forma de ver la vida y el país nace de esos principios.

En diálogo con David Avilés Aguirre, Gutiérrez habló, por ejemplo, de las corrientes que empiezan a referirse a la tierra donde uno nace como ‘matria’, en lugar de patria. Aunque para él uno tiene que amar a la patria como ama a la madre, este es un tema complicado y demasiado nuevo como para cambiar ese criterio. “Yo soy militar de carrera, formado en ello, y sería como desconocer a la madre. Por ahora yo me quedo con mi madre que está en el cielo y el término patria, para recuperarla de quienes la dañaron”.

Entre sus preocupaciones está la inseguridad, por lo que propone pedir el pasado judicial o historial delictivo a las personas que ingresen a Ecuador desde el exterior, “para seguir recibiendo con brazos abiertos y calidez a los extranjeros que llegan a hacer turismo, trabajar, producir, pero no a quienes van a delinquir y a matar”. En esa misma línea, Lucio Gutiérrez, quien también es ingeniero civil, abandera el discurso del porte de armas para la población civil. Según su criterio, hace falta una ley que permita que la ciudadanía porte armas de fuego y así se pueda “disuadir a los sicarios que ahora atacan sabiendo que los ecuatorianos estamos indefensos porque nadie puede portar armas”. Quien  fuera presidente de la República entre enero del 2003 y abril del 2005 es de quienes creen que las leyes actuales “facilitan y defienden derechos humanos de los delincuentes y no de los ciudadanos”. Sin embargo, intenta curarse en sano diciendo que la mayoría de migrantes que vive en el Ecuador es “gente buena y ellos también necesitan vivir con seguridad”.

Para Gutiérrez, tener armas de bajo calibre no implica un riesgo para la población si para entregar permisos se exigen previamente exámenes psicológicos y capacitación sobre su uso. Esos son requisitos indispensables “para que no sea peor el remedio que la enfermedad”. Él afirma que junto a su equipo investigó si alguien que ha tenido permiso para usar armas la ha mal utilizado desde su Gobierno a inicios de siglo, pero detectaron que “esto ha sido nulo”, y subraya que en esa época también el sicariato era “prácticamente nulo”.

Las propuestas de Lucio Gutiérrez en cuanto a desarrollo se basan en un plan inicial para mejorar la economía. Su idea es convertir al Ecuador en un centro tecnológico, logístico y financiero internacional “para que los bancos más grandes del mundo vengan y presionen hacia abajo las tasas de interés” y sea más fácil acceder a préstamos y generar empleo. Así, dice el candidato, se diseñará un escenario favorable para el retorno de los migrantes que quieran poner sus conocimientos al servicio del desarrollo. Además, ofrece eliminar el buró de crédito y dar dos años de gracia para que los pequeños productores y empresas puedan acceder a préstamos en la banca pública al 3% de interés anual, si garantizan que ofrecerán empleo.

También propone otra línea de crédito que sería una forma de pagar la deuda social, a través de créditos para proyectos productivos que diseñaría el propio Estado y que desarrollarían vendedores ambulantes, trabajadores de mercados y jóvenes recién graduados de universidades que por falta de experiencia no han podido conseguir empleo.

Una vez que la economía mejore, planea reactivar los créditos educativos en el Ecuador y también para los migrantes, además de ofrecer educación gratuita hasta el cuarto nivel para que cursar una maestría no sea un privilegio de quienes puedan pagar una o signifique grandes deudas. Por otro lado, ofrece crear más universidades públicas y aclara en su Plan de Gobierno que los ciudadanos ecuatorianos tendrán una libre elección de carrera para sus estudios .universitarios. Hace estas ofertas a pesar de la crisis que enfrenta el país, porque dice confiar en el plan para atraer dinero a la economía ecuatoriana y porque “cuando no se roba, alcanza para todo, y en mi gobierno alcanzaba para todo. (…) Cuando hay confianza en un Gobierno, hay inversión extranjera”.

Durante la entrevista, Gutiérrez habló de los logros de su Gobierno, derrocado en Quito dos años y cuatro meses después de haber sido posesionado.

Al ser cuestionado sobre cuáles considera que fueron sus errores, también habla de lo que considera una serie de aciertos: “Decreté austeridad, prácticamente economía de guerra que permitió que un Gobierno sin dinero pueda pagar sueldos impagos de dos meses y nivelarse”. Al final, ensaya una tibia autocrítica cuando dice que no invirtió en difundir lo que estaba haciendo su Gobierno, a través de los medios de comunicación, y los culpa por no haber informado y por haber tenido que ver -dice él- en la revuelta que terminó con una imagen icónica: el presidente escapando del Palacio de Carondelet en un helicóptero militar.

A pesar de todo, Lucio Gutiérrez sí asume el compromiso de no volver a vincular a personas de su familia en el Gobierno si logra ganar las elecciones. Así responde a la inquietud sobre los escándalos de nepotismo que enfrentó durante su mandato. Pero subraya que otros presidentes antes y después que él han hecho lo mismo, sin ser señalados por nepotismo, y así minimiza lo ocurrido en su administración.

Guitiérrez recordó que tiene 12 hermanos, la mitad “de carne” y la mitad “políticos”, y dice que “solo tres ocuparon cargos públicos”: un cuñado y una hermana, menos de dos meses, y otra hermana que fue parte del Consulado del Ecuador en Argentina durante cerca de dos años. Sobre su hermano Gilmar, un primo y su esposa, Ximena Bohórquez, aclara que fueron electos para los cargos que ocuparon. Pero enfatiza en que ninguno de sus familiares entró a robar.

Su campaña sigue girando alrededor del término con el que se autodefine desde los conflictivos días que lo llevaron a su escapatoria y a su caída: “dictócrata”.  Es que dice que será un demócrata para el pueblo honrado, patriota y pobre, “y un dictador para los corruptos”.

Lucio Gutiérrez

Lucio Gutiérrez, quien participó en un golpe de estado que derrocó al expresidente Jamil Mahuad en enero del 2000, y que fue parte de un fugaz triunvirato tras ese derrocamiento, señala que tuvo 94 procesos en su contra y cuando rindió cuentas ante la justicia, cinco meses después de su derrocamiento, estuvo cinco meses fuera del país luego de su huida en helicóptero. Luego enfrentó las acusaciones y dice que logró “ganar todos los procesos”. Para él es importante resaltar que ninguno de sus ministros “ha sido sentenciado por causa alguna”, en comparación con lo que ocurre con varios miembros del gabinete del expresidente Rafael Correa y gente cercana del actual mandatario, Lenín Moreno, dice, para compararse.

La corrupción, de hecho, está frecuentemente entre las preocupaciones del candidato. Al menos en su discurso. Para enfrentarla, propone una nueva ley: la de justificación y confiscación de bienes para investigar fortunas desde el 2000 hasta la actualidad. Si algún funcionario o político no logra justificar sus bienes y dinero, el Estado se los retiraría. También ofrece cadena perpetua para políticos “ladrones” y plazo de tres meses “para que devuelvan la plata robada, y si no lo hacen, investigaremos a todo su entorno familiar para evitar testaferrismo, y de haber evidencias irán presos hasta que la devuelvan”.

Lucio Gutiérrez evalúa el futuro de las Fuerzas Armadas y cree que estas deben volver a apoyar firmemente al desarrollo del país, insinuando que no lo harían desde su derrocamiento. Relata que como ingeniero construyó letrinas, sistemas de conducción de agua entubada, canchas de fútbol para indígenas shuar, los fines de semana, mientras sus compañeros daban clases de español a los niños. “Llegábamos a lugares adonde el Estado no podía llegar”, dice. Y sugiere que ahora que no hay conflictos internacionales, se debe aprovechar a las Fuerzas Armadas para que apoyen al desarrollo del país en obras básicas y educación. Para Lucio, “llegó la hora de democratizar a la institución militar”.

En los días confusos de su derrocamiento, el periodista chileno Julio García perdió la vida, luego de un enfrentamiento entre manifestantes y la Policía Nacional. Durante años, el gobierno de Lucio Gutiérrez ha sido señalado como responsable por lo ocurrido. Pero el candidato sortea el tema así: “Lamento en el alma que el periodista Julio García haya fallecido, pero los periodistas y todos los ciudadanos deben tomar medidas. Me parece que el señor era asmático y el parte médico revela que murió por un infarto. No ordené reprimir sino que son operativos normales que tiene la fuerza pública”. Además, dijo que si bien el presidente es el comandante en jefe de las fuerzas del orden, no está para ordenar al Policía que dispare una bomba lacrimógena en tal dirección, sino para generar empleo, bajar los niveles de inflación y darle al Ecuador el mayor bienestar posible.

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Para Lucio, al país le hace falta una reforma en el ámbito educativo y anuncia que piensa respaldarse en instituciones como la Iglesia. Además de ser católico, dice que tanto la iglesia católica como la cristiana evangélica “han colaborado mucho en la formación en valores”. Si llega a la Presidencia, advierte que volverá a implementar materias como ética, moral, cívica, lugar natal e historia de límites, “porque más que tecnócratas necesitamos ciudadanos formados en valores para servir a la sociedad y no para robar”.  En su plan de gobierno, además de plantear un nuevo pénsum que refleje los valores que quiere inculcar en la sociedad y un plan formativo para eliminar la violencia de género, menciona también mejorar el acceso a internet y ayudar a la población con precios cómodos.

Cree que la educación también será fundamental para frenar la violencia de género. Según su criterio, si se forma a los niños desde pequeños para “que aprendan y razonen y sepan que tienen que respetar a la mujer”, eso dejará de ocurrir. Considera que la violencia intrafamiliar también ocurre porque muchos padres de familia no tienen empleo y “vuelcan esa frustración sobre la esposa y los niños”, y por eso ofrece dar especial interés para reducir ese tipo de violencia. La formación irá primero, pero si aun así hay maltrato y violencia, plantea modificar la ley para que se imponga “cadena perpetua para el sicariato, la violación de niños y niñas y el femicidio”.

Su formación católica le impide apoyar el aborto en general y está convencido de que la vida humana empieza en el momento de la fecundación. Lucio Gutiérrez se declara respetuoso de la autonomía sobre la sexualidad de cada persona y explica que para él “lo normal y natural es entre hombre y mujer, pero si alguien quiere hacerlo entre personas del mismo sexo, respeto su derecho”. Aún así, cree que la concepción está aparte: “El único que nos puede quitar la vida así como nos la da es Dios”, sentencia. Asegura que no quiere imponer su creencia religiosa porque en temas polémicos como el futuro de una niña violada de 14 años o menor edad, “deberá decidirlo el pueblo y estoy dispuesto a consultarle a través de democracia directa”. Es decir que convocaría una consulta popular para definir el tema.

En su plan de gobierno, Lucio trata sobre la reestructuración del IESS y el aumento de la pensión a los jubilados. No habla de temas de protección social como la vivienda y la desnutrición infantil. Sí se refiere a la protección del ambiente y a la regulación para extracción del petróleo y habla de su gobierno como “uno de los mayores explotadores de petróleo como un logro que no pudieron mantener los otros gobiernos”.  En su plan consta la focalización del subsidio del combustible para evitar el contrabando. También habla de fortalecer la inversión extranjera, pero no queda claro si propondrá planes, programas, políticas e incentivos para lograrlo.

Entrevistas: David Avilés Aguirre.Investigación y coordinación: Cristina Cadena. Texto: Ana María Carvajal. Caricaturas: Wilo Ayllón. Edición y dirección de contenidos: Diego Cazar Baquero.


Esta es una iniciativa de la Colectividad Ecuatoriana Autoconvocada de Artistas y Gestores, en Córdoba, Argentina, en alianza con La Barra Espaciadora, y forma parte del espacio Mi elección 2021.


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