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A las 10 de la mañana del jueves 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, la comunidad waorani de Miwaguno -un pequeño poblado de 155 miembros, asentado en territorios del Parque Nacional Yasuní y en sus inmediaciones-, demandó a las empresas estatales chinas PetroOriental S.A. y Andes Petroleum Ecuador Ltda, por contribuir al cambio climático y contaminar los recursos naturales de la Amazonía ecuatoriana mediante sus prácticas de quema de gas con mecheros al aire libre.

Tanto PetroOriental como Andes Petroleum funcionan con capitales de las grandes corporaciones del gobierno chino China National Petroleum Corporation (CNPC), cuya participación en el accionariado es del 55%, y China Petrochemical Corporation (SINOPEC), con el restante 45 %. El campo Sunka y su estación CDP están dentro del Bloque 14, en el área noroccidental del Parque Nacional Yasuní -una reserva natural que debería estar protegida por el Estado ecuatoriano, pero que, como pudimos comprobar, responde a disposiciones del personal de la empresa.

En la Corte Provincial de Justicia de Orellana, los habitantes de Miwaguno se reunieron para demandar a la firma china y exigirle tres cosas: declarar la vulneracion de sus derechos ancestrales y en contra de la naturaleza, que se apaguen los mecheros de quema de gas de los campos del Bloque 14, y que la empresa pague los proyectos de cultivos para el pueblo waorani como parte de las medidas de reparación.

Juan Enomenga, presidente de la comunidad Miwaguno, de 35 años, recordó que este no es un reclamo únicamente del pueblo wao, sino también del resto de poblaciones amazónicas, pues la afectación del aire y de las aguas desencadena consecuencias que perjudican a cientos de miles de habitantes de la región amazónica. Hace ocho años, este mismo líder wao se enteraba de la noticia de que el proyecto estatal Yasuní ITT, que pretendía dejar bajo tierra todas las reservas petroleras a cambio de una indemnización por parte de la comunidad internacional, había fracasado. Por entonces, Juan no era el presidente de Miwaguno, pero ahora, con poder de decisión, su objetivo es detener las prácticas contaminantes de las petroleras y dice que hará todo lo que esté a su alcance para lograrlo.

Pero los accionantes que encabezan la demanda son los ancianos de la comunidad Pego Enomenga y Juana Mintare Baihua. El primero es un guerrero muy conocido en la región. Cerca de cumplir noventa años, Pego está convencido de que la vida en su territorio no ha mejorado desde que se inició la actividad petrolera, en la década de los setenta. Por eso, imprimió su huella digital en los documentos que fueron entregados en la Corte.

Con ellos, Juan Enomenga, la organización Acción Ecológica, la Unión de Afectados y Afectadas Por Texaco y la Federación Internacional de DDHH, con sede en París, también firmaron el documento que recayó por sorteo en la Unidad Judicial de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia del cantón Francisco de Orellana.


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Juan Enomenga visita las inmediaciones del campo Sunka.

Esta demanda sienta un precedente inédito en la historia de lucha de los pueblos ancestrales y de las comunidades amazónicas afectadas por la contaminación y por las prácticas de las empresas extractivas, y en particular de las petroleras, pues se concentra en evidenciar cómo la quema de gas mediante mecheros es una práctica que incrementa las afectaciones por cambio climático en el planeta. «La producción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) -dice una parte de la demanda- contribuye al Cambio Climático en cualquier parte del mundo. Del mismo modo, los efectos del Cambio Climático se sienten en todo el mundo – aunque existimos ciertos grupos que somos particularmente vulnerables a sus consecuencias».

No se está exigiendo la suspensión de las actividades petroleras, aclaró Ivonne Yánez, integrante de Acción Ecológica, sino la interrupción del uso de mecheros. Además, los accionantes reconocieron que las firmas chinas no son las únicas responsables de la contaminación que afecta a las poblaciones amazónicas, sin embargo, sí respresentan la mayor cantidad de mecheros. «Ecuador se comprometió en el Acuerdo de París a reducir las emisiones. Solamente apagando los mecheros que hay en la Amazonía ecuatoriana estaría cumpliendo con el 24 % de ese compromiso», dijo Pablo Fajardo, abogado de la causa y quien también encabeza el célebre juicio de los habitantes afectados por la estadounidense Chevron-Texaco.

La demanda del pueblo waorani y de las organizaciones exige la protección de los derechos humanos y de la naturaleza por el impacto de actividades petroleras que contribuyen al cambio climático, debido a los irreversibles daños al equilibrio ecológico, a la salud y a la calidad de vida de los pueblos indígenas.

La demanda se une a la serie de causas que los pueblos amazónicos presentan recurrentemente en contra de empresas extractivas y de los Estados en toda la región amazónica. En Ecuador, hay demandas impuestas como consecuencia del derrame ocurrido el 7 de abril del 2020, que ha contaminado las aguas del río Coca.

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Juan Enomenga, junto a un grupo de tuberías que transportan el crudo a las distintas estaciones desde distintos campos del Bloque 14.