Por Andrea Dip y Mariama Correia de Agência Pública con información de Bruno Fonseca (Agênca Pública), Desirée Yépez (La Barra Espaciadora), Gloria Ziegler, Lupe Muñoz (Ojo Público) Juliana Quintana (El Surtidor), y Raúl Olmos (Mexicanos contra la corrupción y la impunidad) 

“Si tal vez te sigue atrayendo el mismo género, ¿significa que debes vivirlo? No”, dice Andréa Vargas, presidenta de Exodus Brasil, en una entrevista para un canal de música cristiana en YouTube, misionera evangélica que habla de la sexualidad desde una perspectiva bíblica, y quien está al frente de Avalanche, una agencia de misiones urbanas. Andréa le habla a una audiencia masivamente joven en eventos con formatos modernos, que a veces se parecen a Ted Talks. Su mensaje principal es: la homosexualidad es un pecado que puede, y debe, abandonarse. 

Exodus, representada por Andréa Vargas en Brasil, es una de las operaciones de una organización evangélica internacional llamada Exodus Global Alliance. Su red se extiende por varios continentes y articula iglesias, misioneros, políticos, psicólogos y defensores de las terapias de reorientación sexual, la llamada “cura gay”. Como sugiere su nombre (Exodus, en español Éxodo, que significa salida), la institución afirma que es posible que las personas LGBTQI+ abandonen sus deseos y cambien su orientación sexual mediante el poder transformador de Jesucristo”. 

En 2013, Exodus Internacional anunció su cierre en Estados Unidos. En ese momento, Alan Chambers, expresidente de la sede estadounidense, pidió perdón a la comunidad gay a través de una declaración oficial publicada en el sitio web de la organización “por los años de sufrimiento y juicio indebidos en manos de la organización y la iglesia en su conjunto” y admitió: “lastimamos a la gente”.

Allí no terminó. Con sede en Canadá, Exodus Global Alliance continúa operando en oficinas regionales, incluido en Estados Unidos, donde mantiene una directiva fija en Michigan. 

En América Latina, Exodus es muy activo, tiene dos oficinas, una en Cuernavaca, Morelos, México; y otra en Londrina, Paraná, Brasil. En estos países, así como en otros de la región, el ministerio internacional interconfesional funciona como una entidad que cobija a decenas de entidades. Sus afiliados incluyen iglesias evangélicas, ministerios que defienden las terapias de reversión sexual e incluso psicólogos. Desde 2019, luego de asistir a una conferencia de la organización en la ciudad de Campinas, en el interior de São Paulo, Agência Pública ha investigado la actuación de Exodus en Brasil.

Este especial trae de primera mano, en asociación con Ojo Público (Perú),  El Surtidor (Paraguay), la periodista ecuatoriana Desirée Yépez, colaboradora de La Barra Espaciadora, y Mexicanos contra la corrupción y la impunidad (México), una investigación sobre sus acciones y la de los grupos antiderechos LGBTQI+ en los cinco países. En Paraguay y Perú no existen disposiciones legales específicas que prohíban las prácticas de reorientación sexual, como en Brasil, donde una resolución del Consejo Federal de Psicología impide estas actividades desde 1999; o Ecuador, donde desde 2014 el Código Penal sanciona a quien torture a alguien con este fin. En México, las iglesias evangélicas intentan bloquear una ley que pretende prohibir, en el territorio nacional, iniciativas que tengan como objetivo cambiar la orientación sexual y la identidad de género.

Desde Estados Unidos hacia el mundo

La historia de Exodus comenzó en Estados Unidos con Frank Worthen, considerado el padre de los ministerios “exgay”. El movimiento de liberación LGBTQI+ se había manifestado en el país en casos como Stonewall. En esa época, Frank, quien dijo que fue liberado de la homosexualidad gracias a Jesús y estaba casado con una mujer, fundó un ministerio llamado Amor en acción. Exodus se formó en 1976, durante un congreso de “exgays” que él promovió.

Posteriormente, el grupo comenzó a exportar misioneros reclutados durante los eventos de Exodus. En varios países, estos misioneros replican la estrategia estadounidense, alimentando una red de instituciones afiliadas que ofrecen capacitaciones, congresos, materiales de estudio y libros. Las personas en conflicto con su propia sexualidad, en especial los jóvenes, son el foco de atención de los congresos y programas de Exodus, donde la homosexualidad, a menudo llamada SSA (atracción hacia el mismo sexo, por sus siglas en inglés), se traduce como un pecado y un trastorno del comportamiento. 

Según Exodus, la orientación sexual de las personas LGBTQI+ no es algo natural, sino la consecuencia de un trauma infantil, abuso y/o problemas con los padres. También se puede asociar a una crisis de identidad e incluso  envidia hacia la persona del mismo género. Estos enfoques están ampliamente documentados en textos y videos por miembros de la organización en Internet.

El discurso de reorientación sexual utiliza sutilezas y simbolismos religiosos. Los miembros de Exodus y sus socios evitan usar términos que se han discutido durante mucho tiempo como “cura” para abordar los temas sexuales. Prefieren hablar de “sexualidad desde una perspectiva cristiana”, “discipulado” y/o reorientación, reparación y restauración sexual. Incluso dicen que no existe una cura para los homosexuales, es decir, no es posible deshacerse de ese tipo de deseos. Pero se puede escapar de la condenación, que es el infierno y la muerte espiritual, evitando la práctica, es decir, siendo célibe, como nos cuenta la reportera de Agência Pública, quien participó en un congreso de la institución de Brasil en 2019. 

Son conceptos como estos los que la organización pone de relieve en América Latina. Las mismas creencias han apoyado los discursos anti-LGBT, como el del pastor de Guayaquil Nelson Zavala, de la iglesia Monte de Sion, en Ecuador. Afirma haber convertido a decenas de jóvenes hacia la “sexualidad correcta”. También apoyan las prácticas de tortura psicológica, como la historia de la exseminarista en una escuela del grupo musical Frente do Trono, de la iglesia brasileña Batista da Lagoinha, en Minas Gerais. La seminarista contó al reportero de Pública que, durante un seminario, fue sometida a aislamiento, terapia con psicólogos cristianos y exorcismos por ser lesbiana. 

Psicólogos cristianos 

Exodus llegó a América Latina de la mano de la psicóloga cristiana brasileña Esly Regina Carvalho. Organizó el congreso «Encuentro cristiano sobre la homosexualidad» en Brasil, en 1982, y editó el libro “Homosexualismo. Enfoques cristianos”, en 1988. El término “homosexualismo” se considera peyorativo porque vincula la atracción por personas del mismo sexo a una patología. Además, la homosexualidad salió de la lista internacional de enfermedades de las Naciones Unidas (ONU) hace 30 años.

En 1994, Esly formó Exodus América Latina. Actualmente es vicepresidenta de AIBAPT (Associação Iberoamericana de Psicotrauma) y directora de la Clínica para Traumas de Brasil, donde trabaja con EMDR. Para este enfoque, los recuerdos dolorosos se pueden volver a procesar utilizando una técnica de movimiento ocular. 

Cuatro años después de su fundación, Exodus América Latina se estableció en Quito, Ecuador. En el país, fue apenas desde 2014 que las terapias dirigidas a modificar la identidad de género y la orientación sexual comenzaron a interpretarse como tortura y con pena de prisión. 

Aunque una sede latinoamericana funciona actualmente en México, los ministerios evangélicos afiliados a Exodus, como “Camino de salida”, continúan funcionando en Ecuador, tal y como muestra el informe de Desirée Yepez. La metodología que utilizan para convertir a las personas LGBTQI+ es la misma utilizada por Exodus. En los congresos y cursos sobre sexualidad, los participantes escuchan conferencias, predican, ofrecen oraciones y están expuestos a testimonios de “exgays”. 

Para deshacerse de la homosexualidad, también se les dice que corten las conexiones con el “mundo gay” y lean libros cristianos. Los sitios web de Exodus tienen áreas dedicadas a la venta de libros. Es una de las fuentes de ingresos del proyecto sin fines de lucro, que también recauda fondos con sus eventos pagados.

La fobia hacia la comunidad sigue viva en América Latina

Para el reportaje, Desirée habló con un hombre trans que fue coaccionado por sus padres para pasar por el proceso de “cura gay” en Ecuador. “Le aseguraron a ‘Gonzalo’ (25) que podía dejar de ser un hombre trans. Aunque no quisiera, sus padres estaban convencidos de que su identidad de género se podía ‘curar’. Lo relacionaron con enfermedad mental, brujería y satanismo”, cuenta el relato. Tras pasar por algunos trámites y negarse a continuar, Gonzalo, que aún vive con sus padres, es acosado dentro de su propia casa. Debe soportar que sus padres no lo llamen por su nombre y ataquen su identidad: “la transfobia sigue viva” lo dice con lamento.

En Perú, el Centro de Restauración Sexual Homosexual (CREHO), uno de los socios de Exodus, utiliza un enfoque de «asesoramiento espiritual» para revertir la homosexualidad. Además de las instituciones religiosas, las terapias de reversión sexual en el país, donde no existen leyes que sancionen específicamente estas iniciativas, también son llevadas a cabo por psicólogos. Una joven lesbiana dijo a la reportera de Ojo Público que su orientación sexual fue diagnosticada como un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) por un psicólogo. Le recetó medicamentos como haloperidol, un antipsicótico de alta potencia, para liberarla de la atracción hacia otras mujeres. Pero el único efecto que tuvo fue el de tener sueño excesivo. 

“CREHO y el grupo ex-LGBT Perú ofrecen asesoría espiritual con charlas que incentivan la culpa y promueven terapias de reconversión sexual consideradas como actos de tortura por Naciones Unidas” aporta el artículo de Ojo Público. “En los últimos años, el grupo contó con el apoyo de políticos, como el excongresista y pastor evangélico Julio Rosas (en su momento era diputado por el partido Fuerza Popular, del exdictador Fujimori y vinculado al movimiento Con mis hijos no te metas). En junio de 2013, el movimiento invitó a representantes de CREHO al Congreso para realizar la conferencia “Identidad y reorientación sexual”.

Además, según el informe, en noviembre de 2019, el colectivo Más igualdad Perú presentó el estudio “Salud mental y población LGTB”, que identifica y denuncia la realización de este tipo de terapia de reconversión sexual en Perú. A partir de la pregunta “¿alguna vez has asistido a un servicio de salud mental que ha intentado cambiar tu orientación sexual o identidad de género?”, el estudio encontró que casi el 40 % de las personas respondió de manera positiva.

De este grupo, el 5 % dijo haber sido hospitalizado y cerca del 62 % de las víctimas que respondieron haber sido sometidas a este método dijeron haber pasado por estos episodios siendo menores de edad. Otro hallazgo revela que el 90 % de las personas que se sometieron a estas terapias tenían menos de 25 años.

En Paraguay tampoco existe una legislación específica para frenar las experiencias de reorientación sexual, como explica el informe de El Surtidor. César Yamandu, representante de Exodus, organiza grupos de oración con jóvenes LGBTQI+ en Asunción y les hacía decir que la homosexualidad era una mentira. Algunos grupos religiosos, como el Grupo de Amor, Aceptación y Perdón (GAAP) enseñaban a «adquirir modales masculinos» a través del fútbol y ministerios como el de “Restauración” impartieron conferencias muy similares a la que participó el reportero de Pública en Brasil, en la que la homosexualidad fue expresamente llamada pecado. 

“En el país, hay una historia de tortura con electroshock supuestamente para curar la homosexualidad en Filadelfia, Chaco. Pero las llamadas terapias no siempre se manifiestan de esa manera. La conversión es también un discurso médico patologizante que, en alianza con grupos religiosos, logra penetrar con fuerza en las familias y la cultura”, señala el informe. El Surtidor también explica que, en 2011, la Sociedad Paraguaya para el Estudio de la Sexualidad Humana dio a conocer una nota en la que denunciaba las terapias de reorientación sexual que se estaban desarrollando en el país. En 2017, la Sociedad Paraguaya de Psicología publicó un informe recordando que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría eliminó la homosexualidad de la lista de trastornos mentales en 1972 y la OMS la eliminó de la lista de enfermedades mentales en 1990 y que la transexualidad tampoco se consideraba un trastorno mental. Para la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la terapia de conversión para personas LGBTI es una forma de tortura. 

En ese país, estas experiencias no están prohibidas y, como resultado, han aparecido muchos ministerios, pseudopsicólogos y “gurús” de las terapias de reversión sexual. En 2017, el autoproclamado profeta Joshua de Nigeria, también conocido como “libertador de espíritus homosexuales”, realizó su viaje a Paraguay. En esa ocasión, el diputado de Colorado Bernardo Villalba propuso darle la máxima distinción que otorga la Cámara Legislativa. Bob Fife, de Canadá, autodenominándose “exgay”, también fue al país para dar su testimonio de “redención” en septiembre de 2019 en el Centro de Teología Evangélica Menonita de Asunción (CEMTA) y la Iglesia Menonita Concordia. 

La historia de El Surtidor también presenta la historia de Luciano, un joven que, cuando reveló a sus padres que era gay, fue expulsado de casa y llevado por su padre a un retiro de una semana en Guadalajara, México, organizado por Courage Latino, la misma organización católica citada en el informe ecuatoriano, que se dedica a brindar “atención espiritual a las personas que les atrae personas del mismo sexo” (AMS). El relato de Luciano sobre el hecho también es similar al del reportero de Pública, con la idea de que la homosexualidad está relacionada con el abuso infantil.

En un centro de retiro de Courage en México, un activista de derechos humanos dijo al informe Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, que presenció brutales terapias de conversión sexual en 2015. Según el informe, los niños y adolescentes fueron llevados a una especie de trance y quedó inconsciente después de ser obligado a confesar experiencias sexuales con otros hombres, mientras un sacerdote rociaba agua bendita y los sacudía diciendo: “¡lo que tienes es un demonio!”. 

Exodus en América Latina está coordinado por la sede mexicana de Oscar Galindo. La directiva se encuentra en Cuernavaca, estado de Morelos. Galindo asocia la homosexualidad masculina con la ausencia de su padre y dice que es exgay. Funcionan con el apoyo de iglesias evangélicas como la Asamblea de Dios, que cuenta con más de seis mil centros de predicación en el país y un millón de fieles. Un reportaje de Mexicanos contra la corrupción muestra que, en estas instalaciones de la iglesia, Exodus promueve rituales para restaurar a los homosexuales, incluida la expulsión de demonios. También se realizan retiros espirituales para homosexuales, quienes son llevados por sus familias para ser “curados”. 

Todavía no existen disposiciones legales para frenar estas experiencias de reorientación sexual en todo México, solo en algunos estados. Actualmente, iglesias como la Asamblea de Dios se oponen enérgicamente a un proyecto de ley que se está tramitando en el Senado para convertir estas prácticas en delito. El Consejo de las Asambleas de Dios incluso envió una carta de protesta al Congreso y al presidente. El texto aborda el proyecto de ley de “ideología de género” y dice que su aprobación prohíbe “la libertad del ejercicio eclesiástico” y “penaliza a cualquier padre o madre, o ministro de culto”.

Al principio, la organización recomendó que los miembros mexicanos suavizaran su discurso para eludir las nuevas restricciones legales que intentan criminalizar las iniciativas de reorientación sexual. Términos como “curar” y “revertir” deben reemplazarse por frases como “ofrecer esperanza y primeros auxilios a las personas afectadas por un trastorno sexual”, muestra el informe de Mexicanos contra la corrupción. En Brasil, el reportero que presenció un evento de Exodus dice que además de orientar a gays, lesbianas y bisexuales para “abandonar los comportamientos homoafectivos”, las mujeres y hombres transexuales deben descartar sus identidades para ser restaurados.

Adán y Eva

El psicólogo Charlisson Mendes buscaba un enfoque innovador de la sexualidad cuando asistió a una conferencia de Exodus en Minas Gerais. “Dicen que son modernos, pero tienen una visión arcaica basada en el argumento de que Dios creó a Adán y Eva (hombre y mujer) y, por lo tanto, cualquier otra forma de relación es pecado”, dice. Recuerda que los ponentes del evento dijeron que “las relaciones de gays y lesbianas eran desequilibradas y no duraban. Y que esta gente estaba condenada a la soledad”. 

Antes de declararse gay, buscó ayuda en varias iglesias evangélicas, incluida Caverna do Adulão, también en Minas Gerais, dirigida por el pastor Geraldo Luiz da Silva, quien dice ser exgay y es uno de los principales oradores en congresos que abordan los “conflictos sexuales” de los jóvenes cristianos en Brasil. Junto a él, otros nombres recurrentes en estos eventos son Andréa Vargas, quien además de Êxodus y Avalanche Missões tiene varios libros publicados y una escuela de sexualidad, y David Riker, miembro de Exodus, y pastor de la tercera iglesia presbiteriana de Belo Horizonte, frente al Ministerio Ser: Sexualidad y restauración. 

El Ministerio Ser mantiene una escuela de sexualidad con cursos basados ​​en lo que ellos llaman una cosmovisión bíblica. Los contenidos están dirigidos a líderes cristianos interesados ​​en aprender a lidiar con los conflictos sexuales actuales, abordando la homosexualidad como una desviación del plan perfecto de Dios,  manifestado en Adán y Eva.

Otras organizaciones que afirman que es posible curar la homosexualidad con tratamientos psicológicos y espirituales también funcionan plenamente en otros países de América Latina. En México, por ejemplo, VenSer es una asociación de psicólogos cristianos que afirma especializarse en el desarrollo de la heterosexualidad. Realizan reuniones donde abordan la sexualidad desde un entendimiento bíblico. En 2005, llevaron a cabo una conferencia de psicología en un retiro JOCUM (jóvenes con una misión), una entidad misionera cristiana internacional. Este evento tuvo entre los participantes a Olivia Corral, una de las fundadoras de Exodus en México. 

Entre la cruz y la libertad sexual

“No debería sorprender que el país que tiene el carnaval de Río también tenga una gran cantidad de personas que están luchando contra la homosexualidad”, publicó Exodus Global Alliance en su sitio web. La sede brasileña de la organización funciona como un ente regional aparte de la estructura latinoamericana. En 2002, Willy Torresin, quien se presenta como exgay, se convirtió en director de la operación que está vinculada a iniciativas como Moisés, Movimiento por una sexualidad saludable. Sérgio Viula, expastor, fue uno de los fundadores del grupo que trabajaba en Río de Janeiro, pero ya no trabaja con ellos. “Solíamos acercarnos a los desfiles de homosexuales para dar asesoramiento, siempre con un enfoque evangélico”, dice.

Fundador de un ministerio asociado a Exodus, Sergio Viula dice que nunca dejó de ser gay (Archivo Personal)

A finales de la década de 1990, participó en un congreso de Exodus en Viçosa, Minas Gerais. La psicóloga Rozângela Justino, una de las fundadoras de Exodus Brasil, quien ya ha sido castigada por la justicia por prácticas de sanación gay, se encontraba en el lugar. “Había mucha gente que decía haber cambiado, pero claramente eran gays y lesbianas en el congreso”, revela Viula. 

Casado y padre de dos hijos, se presentó como un exgay frente a su iglesia, pero cuenta que en realidad siempre ha reprimido sus deseos sexuales por los dogmas religiosos. “Fue una tortura psicológica”, confiesa. “El concepto que promueve Exodus es que se podía sentir el deseo homosexual, pero sin practicarlo, porque era pecado. Sin embargo, un pájaro que está en una jaula sigue siendo un pájaro. No se convierte en un animal distinto, simplemente no puede volar”.

Cristianización de la homofobia 

“La homofobia es un delito grave sin derecho a fianza y no prescribe en Brasil”, recuerda el abogado especializado en derecho LGBTQI+, Felipe Daier. Las prácticas de sanación gay también están prohibidas por una resolución del Consejo Federal de Psicología de 1999. “Es la resolución más atacada en la historia de la psicología nacional”, comenta el presidente del Consejo Regional de Psicología de Río de Janeiro, Pedro Paulo Bicalho. 

Bicalho dice que los discursos de reorientación sexual fuera del alcance de las clínicas de psicología, como en las instituciones religiosas, son más difíciles de combatir. Hay, según él, “controversias sobre si un discurso puede clasificarse como fobia hacia la comunidad LGBT o no». Todavía hay otro callejón sin salida, que es el subregistro de casos. “Las comisarías no siempre reconocen estos delitos”, considera el abogado Felipe Daier. 

Jandira Queiroz es una activista de derechos LGBTQI + brasileña que contribuyó a un informe de Political Research Associates sobre el movimiento exgay articulado por Exodus en las Américas. Participó en los congresos de la organización en Brasil, a finales de la década de los 90. Dice que, a pesar del discurso cristiano, el discurso de aceptación, las personas LGBTQI+ son vistas como pecadoras y enfermas. “No se trata de una invitación. Es fobia hacia la comunidad LGBT de una forma muy violenta y manipuladora”, opina.  

“Detrás del argumento cristiano, Exodus promueve la patologización de la homosexualidad”, dice el antropólogo y periodista Marcelo Natividade, también investigador de terapias de orientación sexual y Exodus en Brasil. Natividade ha recopilado informes de personas que han participado en estos eventos promovidos por la organización y sus socios durante años. Dice que algunos de los entrevistados informaron intentos de enseñar una sexualidad hegemónica. “Enseñaron a los gays a jugar fútbol, ​​a las lesbianas a lavar y planchar y cocinar, casi como una pedagogía sobre el género”. 

Según el investigador, adoptan una estrategia convincente que implica asociar la homosexualidad con la muerte y/o con la soledad. “En las conferencias de Moisés, por ejemplo, mostraban figuras de homosexuales moribundos, decadentes”, agrega. “Esto es violencia emocional y también física porque, con estos enfoques de reorientación sexual, a menudo practicados en Comunidades terapéuticas, que acogen a personas con adicción al alcohol y las drogas y reciben recursos gubernamentales,  travestis y mujeres transgénero se ven obligadas a realizar trabajos forzados, a quemar ropa y objetos como lápices labiales, y se les aconseja quitarse las prótesis mamarias”. 

Articulación política

Las iniciativas de reversión sexual no se limitan al entorno religioso. Las organizaciones como Exodus se articulan y hacen lobby con parlamentarios, miembros del poder ejecutivo y poder judicial de varios países de América Latina. El objetivo es menoscabar los derechos LGBTQI+. 

Las investigaciones de esta serie de reportajes encontraron conexiones entre estos grupos con figuras políticas como el excongresista y pastor Julio Rosas, en Perú, del partido del exdictador Fujimori, y están vinculados al movimiento Con mis hijos no te metas, del diputado paraguayo Bernardo Villalba, quien rindió homenaje a un autoproclamado misionero evangélico “libertador de los espíritus homosexuales” con la mayor distinción de la Cámara Legislativa. 

En Ecuador, un pastor que predica la reversión de la homosexualidad a través de la fe fue candidato presidencial de ese país. Este año, el presidente Lenín Moreno canceló la aprobación de un nuevo Código de Salud que prohíba la oferta de cualquier tipo de terapia que pretenda cambiar su identidad de género u orientación sexual, creando un vacío legal para este tipo de prácticas.

Los defensores del discurso de la reversión sexual se relacionan con los parlamentarios del frente evangélico en el congreso brasileño. Los evangélicos son una de las principales fuerzas políticas tanto en el parlamento como en el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, y abogan y tienen pastores a la cabeza de sus ministerios. Rozângela Justino, una de las fundadoras de Exodus en el país, forma parte de un grupo de psicólogos cristianos que, el año pasado, fue recibida en el despacho de la ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, la abogada y pastora evangélica Damares Alves. Damares fue una vez pastora de la iglesia Bautista de Lagoinha, en la que una joven le dijo a Agencia Pública que fue sometida a violencia psicológica por ser lesbiana. 

En 2017, miembros de este grupo, incluida Rozângela, lograron revocar temporalmente la resolución del Consejo Federal de Psicología que prohíbe la aplicación de terapias de reversión sexual. “Rozângela Justino hizo una especialización en derechos humanos y fue contratada como asesora parlamentaria del diputado federal Sóstenes Cavalcante (apoyado por el pastor Silas Malafaia, uno de los más grandes televangelistas de Brasil). Los propagadores de la reorientación sexual son personas que entienden cómo funciona la dinámica de los defensores de derechos en la sociedad civil, y se apropian de estas metodologías para defender sus causas”, analiza la activista de derechos LGBTQI+ Jandira Queiroz. 

Para el reportaje, se intentó hablar con representantes de Exodus en Brasil. La organización prefirió no programar una entrevista y envió una respuesta por Whatsapp. En el texto, Exodus niega la práctica o la promoción de terapias de reorientación sexual. Reproducimos el texto a continuación: 

“Exodus Brasil es una red de voluntarios cristianos que busca comprender la sexualidad humana a la luz de la Biblia y se dedica a la práctica del discipulado como se describe en Mateo 28:18-20. De esta manera, el tema de las prácticas terapéuticas para la reorientación sexual no forma parte de nuestro objeto de investigación, ni forma parte de nuestra actividad ministerial.

Su último contacto a través de WhatsApp dice que ha habido informes, sin ninguna evidencia, que conectan a Exodus Brasil con prácticas de terapia de reorientación sexual. Es necesario enfatizar lo que se dijo anteriormente: Exodus Brasil no practica y repudia todas y cada una de las prácticas o promoción de las terapias de reorientación sexual. Afirmar que Exodus Brasil practica este tipo de terapias sería calumniar y difamar la imagen de nuestra institución, lo cual no puede ni será admitido por esta junta.

Tenemos un profundo aprecio por la construcción de una sociedad marcada por una cultura de paz garantizando los derechos de sus ciudadanos. Nos impulsa la certeza de que todo ser humano tiene valor y tiene pleno derecho a la dignidad simplemente porque es humano. Por lo tanto, ninguna forma de violencia contra la humanidad en sus más diversas posibles formas de expresión es coherente con la misión de nuestro ministerio”.


*El especial «Niéguese a sí mismo» es una serie de reportajes investigativos coordinados por la Agência Pública de Periodismo en alianza con Ojo Público en Perú, El Surtidor en Paraguay, Mexicanos contra la corrupción y la impunidad y la reportera Desirée Yépez, periodista de La Barra Espaciadora.


1 COMENTARIO

  1. Me gusta leer estos artículos sobre » Politica…entrevistando a candidatos presidenciales «….con una dinámica diferente, con altura y sin violencia. Y conocimiento de la realidad de Ecuador pero también de la personalidad del candidato.
    Considero de importancia la continuidad, con el propósito de informar de manera transparente al ciudadano ecuatoriano cual debe ser la elección el próximo mes de Febrero 2021 para evitar repetir la equivocación y ver con objetividad una nueva manera de hacer Política. Los valores y principios son claves para un nuevo país.
    Gracias

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