Por Daniel Orejuela / @danielorejuela
…como todo cambia, ¿qué va a pasar en este país y en toda la región si viene un gobierno de derecha? La reelección es una ley impuesta por el correísmo, así como las potestades de Contraloría, de los militares… ¡Habrá a quién echarle la culpa por lo que pase con ello!
Lo dijo el presi. No vaya a creer que me lo invento: “no vivimos una época de cambios, sino un cambio de época”. Cambia, todo cambia, como cantaba la Negra tucumana. Lo único seguro en la vida, además de la muerte, es el cambio.
Y es que como ya mandan las mayorías –siguiendo con la correíza… Mande quien mande y aunque existan los que se oponen a todo, todo cambia. Hay quienes lo saben, así como hay quienes aparentan no saberlo y, por supuesto, habrá quienes no sabemos casi nada. Aunque se enmiende la Constitución aprovechando la mayoría en la Asamblea Nacional y se pueda reelegir indefinidamente, todo cambia… Y la mesa queda servida.
A propósito de mayorías y enmiendas, ¿sí ha notado que los 100 votos que aprobaron las enmiendas a la Constitución aquí en Ecuador son casi el mismo número de candidatos que ahora hacen la mayoría de oposición que acaba de ganar en Venezuela? Mayorías… elecciones del pueblo. Y cada pueblo tiene los gobernantes que elige o se deja imponer.
Como el montón de gente que sacó Nebot a las calles cuando le quisieron tocar los bolsillos con lo de las herencias. Los mismos comerciantes informales que recibieron palos de los municipales vendían banderas negras y albicelestes. Otro día venderán camisetas, cuando juegue la selección de fútbol, o cruces de palo, si viene el Papa. Éxito en las ventas y pan asegurado, no tanto por la convicción política, patriotismo o religión, como por la novelería. Pero ahora con esto de las enmiendas no hubo tanto pito. Será porque no le tocan los bolsillos directamente a los poderosos de verdad. Cuando Alfaro se metió con el poder de su época hasta lo fueron a buscar a la cárcel para sacarlo, matarlo, arrastrarlo y quemarlo. Y mire que la revolución liberal hizo bastantes cambios en el Ecuador.
Hablando de dejarse imponer, ¿con qué ojos estarán viendo los resultados de las elecciones venezolanas en México? Hace un par de años se hablaba del contrapeso que ejercía la Alianza del Pacífico con países (mercados) grandes como México, Perú y Colombia a Mercosur, con potencias como Venezuela, Brasil o Argentina. ¿Y ahora? Macri ganó en Argentina y una de sus primeras declaraciones, antes de asumir el cargo, incluso, fue buscar por todos los medios la salida de Venezuela del Mercosur. A Dilma la están enjuiciando políticamente, por corrupción, dicen. La quieren destituir… Bueno, me queda el consuelo de que no va a hacer falta sacar a Venezuela del Mercosur. Con el poder legislativo del lado de los que pierden con el negocio de la soberanía, Venezuela se va a ir de Mercosur solita.
Cambio de época, clarito. El triunfo de la derecha en Venezuela y Argentina traerá consigo cambios drásticos. No de galanes de televisión, o impuestos tras un golpe militar como en Honduras o Paraguay. Cambios que impuso el pueblo en las urnas y que serán justificados así en el futuro.
Las enmiendas a la Constitución ecuatoriana, por ejemplo, son aprobadas por la mayoría oficialista en la Asamblea. Mayoría otorgada en las urnas al movimiento político que gobierna y gobernaba cuando se hizo la Asamblea Constituyente y se aprobó lo que ahora se quiere enmendar. Entonces, como todo cambia, ¿qué va a pasar en este país y en toda la región si viene un gobierno de derecha? La reelección es una ley impuesta por el correísmo, así como las potestades de Contraloría, de los militares… ¡Habrá a quién echarle la culpa por lo que pase con ello!
Los violentos y payasos de hoy mañana quizás serán héroes. O al revés. “No hay que cometer los mismos errores”, decía Mujica, hace poco. Él que conoce bien las dos caras de la moneda.
Las prioridades de la mayoría parlamentaria recién electa en Venezuela serán esas: liberar a los presos políticos, luego, si no logran revocar el mandato del presidente Maduro, me puedo imaginar una pugna de poderes sabrosa.
¿Entonces? Quedan Bolivia y Ecuador. Las señales políticas están claritas.
