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Es hora de hablar de drogas

Imagen de mexico.cnn.com
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Desde Buenos Aires, por Alberto Moya* /@radioGuillotina


Las ponencias del encuentro en la Universidad Di Tella, en Buenos Aires, apuntaron al gran debate mundial que tendrá lugar en abril del 2016 en la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) sobre Drogas, en Nueva York. Este es un punteo que recoge las opiniones desde varios países del mundo


Con la mira dirigida hacia la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas (Ungass) 2016, varias organizaciones de la sociedad civil se reunieron en julio en un seminario internacional cuyo eslogan fue Pasar de la represión a la regulación. El propósito fue escuchar las propuestas y experiencias de visitantes desde Ecuador, Uruguay, Colombia, México, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido y Hungría.

Sin embargo, luego de que el encuentro tuvo lugar, la prensa del continente ha dado espacio a lo que se dijo pero no tanto a lo que se planea: Como es probable que EEUU y sus aliados insistan en los criterios punitivistas que favorecen a su complejo militar industrial (incluso al sistema bancario), habrá que generar una alianza internacional que les haga frente. Así se infiere de algunas de las exposiciones en la Universidad Di Tella.


Como es probable que EEUU y sus aliados insistan en los criterios punitivistas que favorecen a su complejo militar industrial (incluso al sistema bancario), habrá que generar una alianza internacional que les haga frente


 

Tal como explicó el profesor Juan Tokatlian, «una buena regulación es algo muy exigente: entendamos que esta vía es de una inmensa exigencia (…) América Latina es desde hace seis años la región de más rico debate». Esto se vio confirmado con las ponencias convocadas por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) junto al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Friedrich Ebert Stiftung (FES Argentina, que propone el Diálogo para el fomento de la democracia social). El espíritu de la convocatoria fue resumido en la apertura por el presidente del CELS, Horacio Verbitsky: “Cuando se percibe el escaso resultado de las políticas no se pone en revisión el paradigma que las justifica sino que se atribuye a insuficiencias de rigor, de perseverancia o de fuerza insuficiente en su aplicación. Y el fracaso, lejos de conducir a la revisión del paradigma, lo fortalece”. A continuación, se dio paso a los paneles “las políticas sobre drogas en la escena internacional”; “impactos de las políticas de drogas sobre los derechos humanos”; “las políticas criminales y de seguridad en relación con el narcotráfico” y “abordajes alternativos con nuevos enfoques en las políticas de drogas”.

Las voces sobre las drogas

Ecuador

Desde Ecuador se aludió a la reforma del Código Penal. Ernesto Pazmiño, cuya Defensoría Pública (@defenpublica_ec) defiende y asesora gratis a quienes no tienen otro acceso a la Justicia, propuso una ponencia que fue considerada un “interesante proceso de desincriminación debido a las políticas alternativas a la guerra contra las drogas”. Según su relato, “la tenencia fue el tipo penal más usado por las agencias policiales y de justicia hasta la nueva ley, por lo que en las cárceles solo había gente pobre, no narcotraficantes. Ecuador cambió su ley de drogas pensando en el ser humano, no en las sustancias. La ley ecuatoriana sobre drogas guarda proporción entre delito y pena y adapta la ley a la Constitución, que tiene una visión muy avanzada. El 39% de las personas encarceladas en Ecuador lo está por delitos vinculados a drogas. Se indultó a todas las detenidas por tenencia de hasta 2000 gramos. El 83% de los detenidos por temas de drogas eran por posesión. Esta reforma se hace para lograr la excarcelación de los más débiles”.

Uruguay

Por Uruguay asistieron Julio Calzada, extitular de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, quien señaló que «los países de la región hemos ido buscando alternativas al sistema actual de control de drogas», y su sucesor Milton Romani (@miltonromaniger), quien desarrolló la idea de que «el tabaco y el alcohol causan más muertes que todas las drogas ilícitas juntas (…) En mi país no estaba penalizada la tenencia para consumo pero no se consignaba la cantidad mínima. Ahora se establecieron 40 gramos. Hay 160 mil uruguayos/as que consumen cannabis. Hay tres formas de acceder al cannabis en Uruguay: autocultivo, clubes de membresía y en las farmacias. Si no es para Navidad será Reyes pero cumpliremos con vender marihuana en farmacias (…) Hay dimensiones geopolíticas que exigen que los gobiernos progresistas reformemos las políticas de drogas”.

Colombia

El alcohol como ingreso a las adicciones también fue señalado por el colombiano Francisco Thoumi, autor de varios libros al respecto y académico que sucedió a Tokatlian en la Universidad de Los Angeles. Abogó porque “las políticas deben reflejar la contribución de las ciencias sociales. Los médicos saben de las consecuencias en el cerebro pero el salto de ahí a la política no es un salto científico sino un salto al vacío”, ya que en ese terreno que no dominan, “actúan como cientistas sociales amateurs”.

Brasil

En Brasil, “la guerra contra las drogas es una guerra contra los pobres”, según la socióloga Julita Lemgruber, coordinadora del Centro de Estudios en Seguridad y Ciudadanía de la Universidad CandidoMendes. La ex ombudsman de la Policía Militar de Río de Janeiro encabeza la campaña De la prohibición nace el tráfico, que a través de cortos, películas o campañas en la vía pública busca concienciar sobre el fracaso de la guerra contra las drogas. “En 2014 la Policía mató a más de 500 personas en Rio. Matan jóvenes que suponen involucrados en el tráfico y, en el fuego cruzado, todos son víctimas, chicos y mujeres”, explicó.

La consultora independiente Paula Miraglia, de Brasil, agregó que “la guerra contra las drogas ha sido incompatible con la de reducción de la pobreza. Sigue promoviéndose violencia y desigualdad. La política de encarcelamiento masivo solo termina fortaleciendo el crimen organizado”.

México

José Guevara (@JoseAGuevaraB), director ejecutivo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (@CMDPDH) y miembro del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU, planteó que “en la guerra contra el narcotráfico de México faltan investigación, procesamiento y castigo por los abusos cometidos” que desde 2007, con la llegada del presidente Felipe Calderón, asciende a “100 mil muertos, torturas, desapariciones, violaciones, detenciones arbitrarias y el desplazamiento interno forzado de 25 mil personas, más de 80 periodistas asesinados y 17 desaparecidos”. Vale recordar que en México como en Bolivia, la pena del tráfico de drogas es mayor que la del homicidio.

Imagen tomada de noticiasuruguayas.blogspot.com
Imagen tomada de noticiasuruguayas.blogspot.com

EEUU

La investigadora ColettaYoungers (@ColettaYoungers), de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA @WOLA_org), se refirió a las mujeres encarceladas por delitos relacionados con las drogas, quienes no pueden abandonar su condición de madres, como el caso de una presa que por teléfono enseña a sus hijos cómo cocinar; mientras que los presos tienen menor presión para ejercer su paternidad.

Hungría

Julia Buxton (@BuxtonJulia), profesora de Políticas Comparadas de la Central European University, de Hungría, partió de que «el sistema internacional de control de drogas ha fracasado a un enorme costo social” y propuso “cambiar la retórica y reconocer que los Estados del Norte son productores. Las drogas más consumidas son las sintéticas y se producen en USA y Europa». También señaló los altos índices de prisionización que en EEUU están por alcanzar los niveles de Stalin y tiene más presos que 38 países de Europa.

Inglaterra

NiamhEastwood (@niamhrelease), directora ejecutiva de Release, destacó la hipocresía del sistema actual de control de drogas: «en Inglaterra, las personas de raza negra tienen seis veces más posibilidades de ser detenidas por drogas. Sin embargo, usan menos drogas que las personas blancas».

EEUU

Juan Garzón Vergara (@JCGarzonVergara), investigador del Wilson Center de EE.UU. dijo que “identificamos 42 alternativas al encarcelamiento usadas en el mundo” y denunció que “mucha gente encarcelada viene de los eslabones más débiles: cultivadores, mujeres que transportan, usuarios…”.

ONU

Robert Husbands, asesor de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, destacó algunos logros como la declaración conjunta de 12 organismos de la ONU sobre el cierre de “centros de recuperación” donde los retenidos fueron víctimas de disciplinas militaristas, golpes y hasta abusos sexuales que afectaron a 250 mil personas.

Argentina

Por parte de los anfitriones, Enrique Font (@quiquefont), profesor de Criminología y Políticas de Justicia Criminal en la Universidad Nacional del Rosario y miembro del Subcomité para la Prevención de la Tortura de las Naciones Unidas, señaló que “Las políticas de drogas generan la desprotección y sobrecriminalización de los sectores populares”.

noFernández Ciatti, del Ministerio de Seguridad argentino (@MinSegArgentina), destacó que además de investigar al narcotráfico, hay que reparar en las empresas que están detrás y los movimientos de dinero para desarticularlo.

Paula Litvachky (‏@paula_lit) resumió que “parece evidente entre investigadores y activistas que debe evitarse el primer contacto de jóvenes con el sistema penal por temas de drogas”.

Gastón Chillier (@gchillier) presentó el documento El impacto de las políticas de drogas en los derechos humanos. La experiencia en el continente americano, realizado por el CELS con la colaboración de más de 17 organismos de derechos humanos de diferentes países del continente. “El prohibicionismo, la política de guerra contra las drogas, generó en América Latina un aumento en la represión estatal”. Los puntos que recomendó Chillier se resumen a continuación:


 

  • Explorar respuestas no punitivas, entre ellas la regulación de los mercados.
  • Orientar la persecución estatal a las organizaciones criminales y a los grupos que utilizan la violencia.
  • Descriminalizar el consumo y el autocultivo de drogas.
  • Establecer penas y condenas proporcionales y coherentes con los otros delitos
  • Desarrollar alternativas al encarcelamiento para las personas que cometen delitos no violentos asociados al tráfico de drogas.
  • Desarrollar políticas de salud con una perspectiva de derechos humanos destinadas a los usuarios de drogas que las necesitan.

El documento El impacto de las políticas de drogas en los derechos humanos, puede ser consultado haciendo CLIC AQUÍ 


*Alberto Moya es periodista desde hace un cuarto de siglo y docente universitario. Cubrió el Festival Woodstock de 1994, en EE.UU. y episodios en México; Perú; Uruguay; Brasil y el golpe en Paraguay. Ha escrito en la Agencia Periodística del Mercosur; para diarios como Página/12 o Perfil y revistas como Gente o Veintitrés. En 2009, fue considerado “revelación” por la revista Noticias. Escribió cuatro libros y recibió una decena de premios en Argentina.

 

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