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Swing Original Monks: de monjes a monos

Por Francisco Narváez Iturralde

Eran las seis de la tarde y la mayoría de invitados ya había llegado. Desde la verja de La Casa Nosstra, se veía gente en el jardín conversando. Uno de los invitados más destacados, quizá, era Ricardo Pita, quien se había presentado más temprano en el mismo escenario, para Epicentro arte. La expectativa crecía, se iba acercando la hora de que las puertas se abrieran y de que la tocada empezara. Los Swing Original Monks estaban listos.

Desde el jardín se podía escuchar la prueba de sonido de la canción Fiesta Popular. La banda, más allá de presentar un repertorio variadisimo, trata temas que a veces preferimos no mirar. Como dice Gabriel Baumann –o Mr. Bumbass, cantante de los Monks–, el grupo busca “rescatar las cosas de monte adentro, la música (…) no puedes vivir sin la naturaleza”. La banda mezcla ritmos tradicionales con sonidos contemporáneos. Juana Monk, cantante del grupo, dice que la banda muchas veces incorpora sonidos extraídos del merengue, por ejemplo. “No importa si no se es de un lugar –dice–, se pueden tomar elementos de realidades o lugares con los que tal vez no hay un relacionamiento, sin embargo, si hay una necesidad de tomar algo, solo hay que tratar de hacer con lo que se toma, algo propio”.

El lugar estaba a reventar. La gente esperaba sentada a que la banda saliera.. Juana y Mr. Bumbass, con atuendos nuevos, salieron a escena para comenzar. Desde entonces, el ejercicio era simple: cada canción será grabada en video y audio. La claqueta es la única autorizada para dar pie de entrada. Con Fiesta Popular, nadie se quedó sentado. Todos empezaron a cabecear y a zapatear mientras el crew de filmación rodeaba a los músicos con sus cámaras.

Los Monks no solo ofrecen buena música sino que garantizan fiesta. Mr. Bumbass lo atribuye a la energía que el público transmite y encuentra ahí la diferencia entre la experiencia de la grabación en estudio y lo que se vive durante una grabación en vivo, como lo que propone Epicentro. “En estudio tienes que imaginarte a veces el público o a veces la intención que quieres. En concierto la intención viene de afuera, es recíproco. Entonces sí, quizás en vivo hay mucha más unidad mágica, así te jales alguna vez. En estudio lo puedes hacer perfecto pero no hay ese otro lado, entonces el reto en el estudio es cómo hago que se sienta tan vivo como en vivo, y esa es la magia de la grabación en estudio”.

La gente coreaba canciones como Amor inalámbrico, Caminito, Tucán. En todo el proceso de grabación la banda fue prolija. El único tema que se repitió, solo para que la fiesta no se acabara, fue Caminito. Y en yapa, la banda tocó Tucán, a petición del público.

Verdaderamente fue una fiesta. El equipo de Epicentro arte garantizó que se gozara de corrido y que incluso hubiera espacio para una canción más. Mr. Bumbass dice que gusta de esa magia de lo que pasa una vez y no pasa más. Fue en gran parte la preparación de Epicentro arte desde las pruebas de sonido, los chequeos de afinación de instrumentos, la coordinación de músicos con el panel del sonido lo que logró verdaderamente que se logre esa magia del one shot.

Finalizó la segunda interpretación de Caminito y sonó el último acorde de Tucán. Se acabó entonces la noche y los invitados salieron felices de ver a su banda tocar para ellos. Emilia García contó que era la primera vez que tenía una experiencia tan cercana con un grupo, y que le gustó mucho el concierto porque la banda es una de sus favoritas. Xavier Zabala y Bryan Banegas dijeron que la grabación del concierto de la banda fue una fiesta. “Todos queríamos ponernos a bailar, super buen ambiente”, dijo Xavier. Y Bryan rescató que “la banda socializa con la gente, es así como se hacen grandes. están creciendo poco a poco”.

Juana Monk, en cambio, habló del proyecto integral de Epicentro Arte en vivo. “A mí me encanta el proyecto, me parece superchévere ayudar a las bandas a generar contenido de calidad, porque muchas veces hacer un video es complicado, mucho más si es independiente”.

Más tarde, la casa se fue vaciando. Se había logrado el cometido. Mr. Bumbass se marchó convencido de que “el arte tiene que ver con expresión humana y la gente piensa que el arte es un espectáculo, es un show que vas a ver para divertirte y un rato salirte de la vida, del día a día, pero el arte por donde quiera que se lo vea es lo que hace que los humanos se expresen”. Fiel a su manera de ser, citó unos versos de la canción de Luis Ramón Igarzábal y Piero Soy pan, soy paz, soy más. “Hay que sacarlo todo afuera como la primavera, nadie quiere que adentro algo se muera; andar mirándose a los ojos, sacar lo que se pueda afuera, para que adentro nazcan cosas nuevas, nuevas, nuevas, nuevas”.

som-2Después de cantar el célebre tema que popularizara Mercedes Sosa, Mr, Bumbass remató la jornada: “Uno reinterpreta cosas que ha oído desde la infancia y las hace otra canción, de repente es un merengue y sigues evolucionando. Y nuestra intención es con arte evolucionar hasta quién sabe dónde, pero ese es el fin”.

La música, para los Monks, es una herramienta de expresión para alocarse, sacar las huevadas personales, desnudarse, romper esquemas. La música logró todo eso y quizá más esa noche. Logró sacar un lado animalesco en todos los que asistieron al concierto. Fue en el baile, en ese zapateo, en el cabeceo, en el cantar y saltar, desaforadamente, que se hizo notorio lo que alegan los Monks: todos pasamos en un momento de monjes a monos.