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Incendios

Foto de febrero de 2012, en Atenas. Decenas de negocios fueron saqueados o incendiados. El ayuntamiento de Atenas ofreció ayuda a los afectados durante protestas por los recortes (Foto: AFP).
Foto de febrero de 2012, en Atenas. Decenas de negocios fueron saqueados o incendiados. El ayuntamiento de Atenas ofreció ayuda a los afectados durante protestas por los recortes (Foto: AFP).

Por Daniel Orejuela / @danielorejuela

–El fuego es tan necesario como la lluvia –me dijo–. Piensa en períodos más largos de tiempo, es todo. La mayoría de incendios forestales son causados por el hombre, es cierto, pero el hombre también es parte del ecosistema.

Nunca lo había visto de esa manera. Viniendo de él, guardabosques, ingeniero forestal, biólogo y simpático, me daba tranquilidad. Hay tantas cosas que ignoramos y hay quienes se aprovechan de nuestra ignorancia para su conveniencia. Digo, todavía me da mucha pena y me imagino que a usted también cuando hay un incendio forestal. Por suerte no me entero de todos, ya que acabo de leer que son algunos miles al año ¿Sabía que casi todos son originados por el hombre? ¿Vergonzoso, no cree?

Hablando de vergüenza. ¿Cómo les estará yendo a los refugiados sirios que están tratando de cruzar a Europa pa’ que no les caiga una bomba en la cabeza? “El uso de la fuerza contra aquellos que están en estado de vulnerabilidad es vergonzoso”, decía un título que vi hace poco.

Está jodida la cosa, oyó… Ahora que estoy en Alemania me impresiono con los títulos de la prensa, y eso que estoy acostumbrado. Un diario que vi mientras iba aentrevistar a un jefe de policía decía: “La situación de los refugiados divide a Europa”. Claro, usted lee eso y escucha un poquito a los medios de comunicación y dice: ¿pa dónde corro?… ¿y si tiene un garrote?

Antes de empezar la entrevista de televisión con el poli, conversábamos con el equipo apagado. La indignación en su tono de voz, que quería ser tranquilo, se notaba. “La culpa es de ustedes, los medios de comunicación”, decía. “No es nada cierto que estemos cerrando las fronteras. Estamos haciendo controles, eso sí. Se puede entrar y salir de Alemania… cuantas veces les dé la gana. Solamente queremos saber, como entidad responsable por el orden, ante esta avalancha de gente que está viniendo, quién entra y quién sale”. Noventa, noventa y cinco por ciento de los que vienen –contaba– son buenos. Son gente que está huyendo de una catástrofe –que nosotros mismos dejamos que ocurriera, pienso–, pero también hay gente que quizá tenga malas intenciones.

¿Y después? ¿Dentro de un par de años?

Me enteraba, por estas conversaciones del oficio en las que se desayuna uno que ignora bastante, que las metrópolis europeas son centros muy fructíferos para reclutar adeptos de los grupos extremistas islámicos. Terroristas, para usar el término de moda. ¿Qué harán los pelados a quienes les quitaron todo, cuando ya hayan crecido un poco? Bueno, muchos habrán aprendido a manejar el idioma, las computadoras y esas ventajas que da el primer mundo… como ese pana que estaba dizque aprendiendo a volar y se estrelló contra el Pentágono. ¿Sabe de dónde salieron esos a quienes acusaron de haber perpetrado los ataques del famoso 11 de Septiembre en los Estados Unidos? Pero, bueno, sirvió de algo el pito del septiembre aquel. El ataque terrorista sirvió de detonante para muchas acciones que se tomaron después. Como la invasión a Iraq y a Afganistán, la primavera árabe y, a partir de estos hechos, la creación del Estado Islámico, ISIS y estos grupos que andan haciendo relajo.

La guerra expande miseria y dolor bastante rápido. Mire que la destrucción ya pasó por las ciudades más antiguas del planeta: Damasco, El Cairo, Nimrud… eso sin contar con los monumentos históricos que se destruyeron en Iraq y la matadera que hay en Turquía.

¿Y Grecia? No, si la destrucción económica también va en moto…

Todo va tan rápido. La violencia va a la velocidad del fuego, como en los incendios forestales que no perdonan nada. Ni ríos, calles, especies en peligro de extinción, nada. El fuego arrasa con todo y algún día se renueva. ¿Hacemos algo o dejamos otra vez que suceda? El hombre también es parte del ecosistema.