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Errar es de Messi

Sus seguidores (sobre todo los culés) se declaran más orgullosos que nunca de su ídolo y las muestras de apoyo desmedido forman una coraza de diamantina que ubica a Messi en lo más alto. ¿Pero acaso D10S tiene derecho a equivocarse? Tan voluble es la lógica culé que en un dos por tres baja a Lio de la categoría D10S a Humano.

TERCERA JORNADA DEL JUICIO CONTRA MESSI POR FRAUDE FISCAL

Por Anaís Madrid / @anaistamara

Dicen que Messi se dejó crecer la barba por cinco razones: porque su padre y sus abogados le dijeron que era el mes de no afeitarse y él –evidentemente– cree todo lo que ellos le dicen para aparentar madurez y seriedad en el juzgado; para entrar en la onda hípster gringa de la Copa América; para que Arda Turan no sea el único barbón del equipo de Luis Enrique, y para poder escapar en caso de ser condenado. Pero ni cábala ni amuleto. La barba no pudo con el maleficio argentino ni con Hacienda.

Lionel Messi es de otro mundo. Tiene una capacidad innata para invertir situaciones. Y es que hacer un hat-trick para que el Barcelona remonte un partido es lo de menos. En esta temporada demostró que es más hábil de lo que parece: fue capaz de convertir dos trofeos en algo más valioso que un triplete, un penal fallado en compasión, una renuncia en súplica y una condena de 21 meses de cárcel en un subidón de niveles de idolatría. La magia no solo está en sus pies, la ‘Pulga’ tiene un encanto tan poderoso que moldea las mentes. Messi es de otro mundo porque también le gambetea a la vida.

En la temporada 2015-2016, Lio consiguió ganar la Liga Española (una felicidad esperadísima por los culés, que días atrás fueron eliminados de la Champions League) y ganar la Copa del Rey. Como sabemos, cuando no usa la camiseta blaugrana, las cosas son muy distintas.

En esta temporada demostró que es más hábil de lo que parece: fue capaz de convertir dos trofeos en algo más valioso que un triplete, un penal fallado en compasión, una renuncia en súplica y una condena de 21 meses de cárcel en un subidón de niveles de idolatría.

Perdió la final de la Copa América otra vez, contra el mismo rival, solo que en el MetLife Stadium de New Jersey  se quemó por completo. Pero Messi es Messi, y aunque Chile sea bicampeón de América, se llevó toda la atención mediática por un balón fallado en la tanda de penalties y su repentina renuncia a la selección. Hoy piden alrededor de 30 000 dólares por ese balón y hay rumores de que regresará.

No hay mejor lugar en el mundo para Messi que España. Es el dueño de Cataluña porque año tras año le pone sal a la Liga. Pero a la justicia de este país no le cae bien, o al menos, no le ha caído bien que se lave las manos de los asuntos que se desprenden de su propio dinero. Las ganancias del rosarino superan los 2,2 millones de euros mensuales y su patrimonio bordea los 200 millones de euros. Además del sueldo que recibe por jugar en el Barcelona FC, es la imagen de marcas como Adidas y Pepsi. Durante 2007, 2008 y 2009 el dinero que ganó no fue reportado, es decir, no pagó impuestos por el concepto de derechos de imagen (el fraude suma 4,1 millones de euros). Las autoridades españolas descubrieron estos atracos y el juicio empezó en 2013. Su padre, Jorge Horacio, es el encargado de administrar sus ingresos y la única defensa que tuvo la familia fue culpar a la asesoría del bufete de abogados que contrató. En defensa propia, el futbolista dijo que solo firmaba los papeles sin saber de qué se trataban: “Yo no sabía, me dedicaba a jugar al fútbol y confiaba en mi papá y en los abogados”.

En septiembre de 2013 el enano pagó cinco millones de euros a Hacienda por sus delitos. El tribunal consideró que actuó con dolo y que es un mal ejemplo para la ciudadanía. Messi es tan ajeno a este mundo que no sabe qué pasa con su dinero, no lee los papeles que firma y, lo más grave, es que se olvidó cómo se cobra un penal.

En defensa propia, el futbolista dijo que solo firmaba los papeles sin saber de qué se trataban: “Yo no sabía, me dedicaba a jugar al fútbol y confiaba en mi papá y en los abogados”.

El 6 de julio de 2016, mientras disfrutaban de las Bahamas, Lio y su padre fueron condenados a 21 meses de prisión. Sin embargo, no serán encarcelados porque se trata de una condena menor a dos años y porque ninguno tiene antecedentes penales. Tres meses que se convierten en el nuevo truco de Messi: un dribbling que le hace a la justicia española con ayuda de la mano negra.

Sus seguidores (sobre todo los culés) se declaran más orgullosos que nunca de su ídolo y las muestras de apoyo desmedido forman una coraza de diamantina que ubica a Messi en lo más alto. ¿Pero acaso D10S tiene derecho a equivocarse? Tan voluble es la lógica culé que en un dos por tres baja a Lio de la categoría D10S a Humano. Parece que la mayoría del tiempo es D10S pero, por momentos muy escasos, deja de serlo y pisa la tierra. En la escala de valores de un messiático robar 4,1 millones de dólares, fallar un penal decisivo y dejarse la barba están al mismo nivel.

En la escala de valores de un messiático robar 4,1 millones de dólares, fallar un penal decisivo y dejarse la barba están al mismo nivel.

La ‘Pulga’ siempre sale con el perdón de todos y nunca se va con las manos vacías; en el peor de los casos recibe un premio consuelo, como el Balón de Oro en Brasil 2014. Si aunque gane la Liga a punta de penales y jugando contra diez, y aunque firme como segundón con la albiceleste, lo siguen considerando D10S, no importa que se defienda con un “No sabía nada” en un caso de fraude. Para eso tiene cinco Balones de Oro, tantos goles y jugadas extraordinarias como los impuestos que no pagó, y como dijo Eduardo Galeano: “lleva una pelota dentro del pie”.